Una historia musical heredada
Ana Gabriela Fernández tenía cinco años cuando descubrió su pasión musical. “Mi mamá es musicóloga e investigadora y mi papá es ingeniero de sonido, entonces, en mi casa, además de ser investigadora mi mamá, pues era profesora de la historia de la música contemporánea”. La artista estudió piano en la Escuela Nacional de Arte de La Habana, después llegó a México e hizo una maestría y un doctorado en la Facultad de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México, además de que ha ganado varios concursos nacionales e internacionales. hay que tener mucho cuidado en los cambios rítmicos y con la responsabilidad de ir llevando la música, porque hay muchas partes que dependen enteramente de mí. Hay que recalcar que en la obra de Gabriela Ortiz hay mucho ritmo pero también coloratura y ambiente, que tiene que ver la influencia de los compositores franceses, por ejemplo, pero también de la influencia de su maestro Mario Lavista”.
Sobre esta participación, la pianista cree que desenvolverse en un escenario es parte fundamental de un solista. “Pararse en un escenario es una enseñanza en sí, y cada vez que uno lo hace pasan cosas diferentes, aunque vayas a tocar la misma obra. Yo creo que pararse en un escenario es parte fundamental de un solista”.
La pianista se presentará el sábado 26 de noviembre a las 20:00 horas, y el domingo 27 a las 12:00 horasenlaSalaNezahualcóyotldel CentroCulturalUniversitario.