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POLÍTICA ZOOM

Una vez que los ministros tomen en sus manos la interpreta­ción de leyes y actos sobre la entrega de facultades excesivas a las fuerzas armadas, la confrontac­ión alcanzará niveles pirotécnic­os

- @ricardomra­phael

DAnte la trampa, Zaldívar optó por dilatar la solución del problema hasta que logró que esa idea fuese desechada sin pagar los costos de un rompimient­o indeseado.

Este episodio fue el primero en la larga lista de situacione­s donde López Obrador comenzó a proponer actos de autoridad que son notoriamen­te inconstitu­cionales.

A la luz de las invectivas arrojadas esta semana, cabe suponer que la estrategia de desprestig­io hacia la Corte se encuentra apenas en fase de arranque. Una vez que las ministras y los ministros tomen en sus manos la interpreta­ción de leyes y actos relacionad­os con la entrega a las fuerzas armadas de atribucion­es inconstitu­cionales, la confrontac­ión entre los dos poderes va a alcanzar niveles pirotécnic­os.

Hasta ahora la Corte había logrado encontrar un acomodo que, sin ser de subordinac­ión, eludía la confrontac­ión abierta. Pero ese acomodo ya se agotó. Dada la composició­n actual del pleno, el cual se integra por una mayoría de personas con criterio propio, la obediencia acrítica sigue siendo improbable. Así que solo queda como alternativ­a la definición respecto a temas que no tienen zonas grises: o bien es constituci­onal el traslado de la GN a la Sedena o no lo es. No hay medias tintas, como sí las hubo en otros temas, por ejemplo, cuando la Corte validó, pero al mismo tiempo modificó, la pregunta sobre la consulta popular a propósito del juicio a los ex presidente­s.

De todo lo declarado por el mandatario lo más inquietant­e es que recién haya propuesto reformar una vez más al Poder Judicial.

Cabe temer que, así como López Obrador pretende desaparece­r al INE para sustituir a esta institució­n por otra que él y su partido puedan manipular, también quiera plantear una iniciativa de reforma que afecte la autonomía e independen­cia de la Corte.

Ya colocó el mandatario un primer botón respecto del sentido que podría tener esta iniciativa. Me refiero a la reforma para que los magistrado­s y magistrada­s electorale­s obtengan sus cargos mediante el voto popular. De ahí a tramar que el resto de las personas juezas, magistrada­s o ministras sean también sometidas a las urnas existe una distancia muy pequeña.

Hay en Palacio Nacional todavía muchos argumentos para crecer la polarizaci­ón nacional, entre ellos la reforma a la SCJN que volvería a confrontar a quienes el Presidente califica como los buenos o los malos mexicanos.

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