POLÍTICA ZOOM
Una vez que los ministros tomen en sus manos la interpretación de leyes y actos sobre la entrega de facultades excesivas a las fuerzas armadas, la confrontación alcanzará niveles pirotécnicos
DAnte la trampa, Zaldívar optó por dilatar la solución del problema hasta que logró que esa idea fuese desechada sin pagar los costos de un rompimiento indeseado.
Este episodio fue el primero en la larga lista de situaciones donde López Obrador comenzó a proponer actos de autoridad que son notoriamente inconstitucionales.
A la luz de las invectivas arrojadas esta semana, cabe suponer que la estrategia de desprestigio hacia la Corte se encuentra apenas en fase de arranque. Una vez que las ministras y los ministros tomen en sus manos la interpretación de leyes y actos relacionados con la entrega a las fuerzas armadas de atribuciones inconstitucionales, la confrontación entre los dos poderes va a alcanzar niveles pirotécnicos.
Hasta ahora la Corte había logrado encontrar un acomodo que, sin ser de subordinación, eludía la confrontación abierta. Pero ese acomodo ya se agotó. Dada la composición actual del pleno, el cual se integra por una mayoría de personas con criterio propio, la obediencia acrítica sigue siendo improbable. Así que solo queda como alternativa la definición respecto a temas que no tienen zonas grises: o bien es constitucional el traslado de la GN a la Sedena o no lo es. No hay medias tintas, como sí las hubo en otros temas, por ejemplo, cuando la Corte validó, pero al mismo tiempo modificó, la pregunta sobre la consulta popular a propósito del juicio a los ex presidentes.
De todo lo declarado por el mandatario lo más inquietante es que recién haya propuesto reformar una vez más al Poder Judicial.
Cabe temer que, así como López Obrador pretende desaparecer al INE para sustituir a esta institución por otra que él y su partido puedan manipular, también quiera plantear una iniciativa de reforma que afecte la autonomía e independencia de la Corte.
Ya colocó el mandatario un primer botón respecto del sentido que podría tener esta iniciativa. Me refiero a la reforma para que los magistrados y magistradas electorales obtengan sus cargos mediante el voto popular. De ahí a tramar que el resto de las personas juezas, magistradas o ministras sean también sometidas a las urnas existe una distancia muy pequeña.
Hay en Palacio Nacional todavía muchos argumentos para crecer la polarización nacional, entre ellos la reforma a la SCJN que volvería a confrontar a quienes el Presidente califica como los buenos o los malos mexicanos.