Unas chelas en Riad
R iad. Un eterno traslado a Arabia Saudita vía Nueva York, con escalas correspondientes de no pocas horas, parecía tener su gran recompensa con un paseo por Yeda, histórica ciudad perteneciente al circuito de La Meca, pero una insospechada inundación en medio del calor infernal echó a perder el plan y todo acabó la noche del día de llegada con una comida y unas chelas sin alcohol viendo el aburrido partido mundialista de Estados Unidos contra Inglaterra.
El hotel Radisson Blu está en el centro de un amplio complejo conocido como el Barrio Diplomático de Riad en el que se asientan las principales embajadas y que cuenta con una construcción de edificios no mayores a cuatro o cinco pisos donde destacan negocios de diversa índole, desde una escuela de la Alianza Francesa hasta un auténtico Club de la Pelea, pero con una armonía en su diseño basado en la infraestructura histórica de la zona y con sus fachadas de piedra caliza ocre. Una laberíntica ciudad árabe a escala.
Pero antes de poder llegar a esa área, colmada de pasadizos y plazoletas, hay que pasar un retén con pluma de acceso y hombres armados que se aseguran de saber quién cruza hacia esa exclusiva zona de la capital saudita. Es viernes por la noche y la concurrencia en las plazas del complejo parece ser la habitual para el día, con muchas mujeres en los cafés y niños jugando al voleibol, al bádminton o a la patineta.
Los aeropuertos Rey Abdulaziz de Yeda, Jeddah en inglés, y Rey Jalid de Riad lucen impecables, con trenes que operan sin contratiempos, con orden y limpieza notorios. La parquedad de las mujeres que reciben a los extranjeros en la zona migratoria contrasta con la amabilidad de las que tratan con los huéspedes en el Radisson. Cunden las túnicas negras entre ellas y las blancas entre los hombres.
Ciudad de contrastes, Riad es la sede de la Cumbre Global del Consejo Mundial de Viajes y Turismo, que encabeza Julia Simpson, a la que acuden más de mil líderes de 70 países, con la participación de Gloria Guevara, consejera principal del Ministerio de Turismo saudita.
Es viernes por la noche y la concurrencia en las plazas del complejo parece ser la habitual