La euforia por energía limpia se topa con la realidad
Líderes de más de 190 naciones del mundo están en Dubái para celebrar la reunión anual de las Naciones Unidas sobre cambio climático, conocida como COP28. El tma central de las discusiones es qué tanto han avanzado los países en sus compromisos adquiridos en los acuerdos de París de 2015 para limitar el calentamiento global a menos de 1.5 grados celsius. Puedo adelantar la respuesta: poco.
Países ricos, encabezados por Estados Unidos, le están exigiendo a países en desarrollo, como China e India, reducir drásticamente su consumo de carbón, petróleo y gas. Los países en desarrollo se han resistido, y los entiendo. Es costosohacerlatransiciónhaciaenergíalimpia. Además,losprincipalesresponsablesdelcalentamientoglobalsonlosricos,quienesutilizaron energía contaminante durante décadas para crecer sus economías. Narendra Modi, primer ministro de India, en una intervención en el COP28 claramente dirigida a los países ricos sostuvo: “Durante el último siglo, un pequeño segmento de la humanidad ha explotado la naturaleza de manera indiscriminada”, y añadió queestosdebenaumentarsuscompromisosde apoyo significativamente a países como el suyo.
Abandonar la dependencia global en combustibles fósiles tomará mucho tiempo. Algunos optimistas afirman que el consumo de petróleo, por ejemplo, llegará a su máximo en el mundo por 2030. Lo dudo. Basta ver la ironía de realizar la cumbre climática en los Emiratos Árabes Unidos, uno de los principales productores de petróleo, quien se ha dedicado a ampliar su capacidad. El propio EU está produciendo una cantidad récord de crudo y es el principal exportador de gas natural. Además, las grandes empresas petroleras están apostando fuerte a que la demanda continuará en el futuro. Exxon Mobil y Chevron anunciaron adquisiciones por más de 50 mil millones de dólares cada una para subir sus reservas.
Lociertoesquelaspropiaseconomíasricasse handadocuentadequenoesfácilreducirsudependenciaencombustiblesfósilesyquelatransición hacia energía limpia será más complicadaycaradeloqueesperaban.Elentusiasmopor coches eléctricos, por ejemplo, ha perdido fuerza en EU por su relativo alto costo y la falta de infraestructura para cargarlos. La demanda ha sido menor de lo esperado por lo que empresas automotricescomoGeneralMotorshandecidido recortar su producción drásticamente. Otro ejemplo es la cancelación de diversos proyectos de energía eólica. Orsted, empresa danesa líder en el ramo, abandonó dos proyectos en la costa de Nueva Jersey en EU, asumiendo un cargo de 4milmillonesdedólares,porconsiderarqueno eran rentables (el aumento en las tasas de interés no ayudó su causa).
No hay duda de que la oferta de energía renovableseguirácreciendo,peroelcaminohaciaun mundo sin hidrocarburos es distante. Cada vez es más evidente que mucha gente no está dispuesta a pagar una transición tan costosa.