Los agentes del CNI «entregaron mucho» material a espías de EEUU
Hasta cuatro miembros de la CIA dedicaron más de un año a la captación y tres ya han sido expulsados de España
Entre los servicios de inteligencia hay una premisa: aquí no hay aliados fijos, sino intereses comunes. Así que por muy estrecha que sea la relación entre dos países, nunca se comparte toda la información. Ni siquiera entre los llamados Five Eyes, el eje que reúne a la CIA estadounidense con el CSIS canadiense, el británico MI6, el SISA Australiano y el de Nueva Zelanda. Cada país guarda informes que comprometen su soberanía nacional. Por eso es un hecho también entre los servicios de inteligencia que conseguir que un agente local te pase información es un triunfo. Es algo que todos intentan entre enemigos normalmente, no entre países con los mismos intereses. Y evitarlo es algo para lo que los agentes están entrenados. Pero no todos son leales.
Los dos agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) detenidos en septiembre sucumbieron a los de la CIA después de un trabajo de más de un año de los estadounidenses para ganarse su confianza. Esto no consiste en llegar un día y ofrecer una suma de dinero a cambio de un informe. Los espías analizan al personal, buscan sus debilidades y sólo tientan al que puede caer en su oferta. Porque si lo intentan con alguien que no sucumbe, éste agente les denunciaría y serían expulsados.
En el caso de los dos espías españoles –un jefe de área que este diario ha confirmado que trabaja en la Dirección de Inteligencia y que continúa en la prisión de Estremera, y su ayudante, en libertad condicional–, cuando saltaron las alarmas en los controles internos les dejaron actuar para tener pruebas contundentes antes de detenerlos. Debido al artículo 5.1 de la ley que regula el trabajo de los agentes, las fuentes consultadas no han profundizado en la información entregada, pero reconocen: «Ha llegado mucho, mucho a sus manos». Aunque se ha publicado que nada que comprometiera operaciones en curso. ¿Qué querían los agentes? Es un misterio, pues prácticamente nunca se niega información al socio estadounidense, pero sí es cierto que entre servicios de inteligencia se intenta confirmar que lo que te ha dado el otro es cierto. Pero ningún servicio ofrece toda la información. Aunque no por ello es desleal emplear a agentes en vigilar a socios leales.
De los dos detenidos, el cabecilla era un jefe de área con 30 años de servicio, según las mismas fuentes. Además, estaba considerado un agente valioso tanto por su experiencia (misiones en el exterior, por ejemplo), como por su inteligencia. Durante los años de pandemia tuvo una excedencia en la que trabajó para una empresa estadounidense. Tras su detención hace dos meses, fue ingresado en prisión provisional, donde permanece a día de hoy.
El segundo español detenido era un agente de obtención de categoría más bien baja, un ayudante del primero, con el que tenía mucha amistad. Fuentes de Defensa explicaron que era un agente que tenía negocios privados que le habían proporcionado dinero y por ello era aficionado a llevar un nivel de vida alto, conducir coches caros, etc., pero realmente su jefe es considerado el cerebro de la operación.
El objetivo de la CIA en todos los casos en los que intenta infiltrar agentes no es la información puntual que esa persona pudiera darles en el cargo actual, sino tener a un espía dentro. Por eso, no tiene sentido vincular la detención de estas dos personas con la situación política actual. La ministra de Defensa, Margarita Robles, insistió ayer que «Estados Unidos y España son países aliados y eso [la captación de agentes] no influye en las relaciones que tenemos. Nuestro compromiso con Estados Unidos es serio», aseguró.
Por eso Julissa Reynoso, embajadora de USA en España, estuvo el martes en la celebración del aniversario de la Constitución. Y eso que era consciente de la situación de sus espías en España. Ayer, El País adelantó que dos agentes de la CIA fueron expulsados de España y este diario confirmó por la tarde que se trataba de tres miembros del servicio secreto los que habían sido expulsados, y que el CNI ha
La embajadora de EEUU y Armengol, anteayer, en los actos del 6-D.
solicitado la salida de un cuarto. Los agentes de EEUU estaban destinados en la Embajada y se consideraban de los registrados, es decir, acreditados como tales ante los servicios de inteligencia españoles, según fuentes de Defensa. Esta es una práctica habitual entre países aliados y servicios de inteligencia amigos, aunque la amistad real nunca exista en ese gremio. Los cuatro espías que de momento están implicados en el caso gozaban de inmunidad diplomática en España, por eso sólo se puede proceder a la expulsión. Sin embargo, son declarados personas non gratas y no vuelven a España.
El Centro Nacional de Inteligencia se consuela ahora pensando en que el endurecimiento de los controles ha funcionado. De ello depende en gran parte el departamento de Asuntos Internos, que en los exhaustivos chequeos detectó movimientos raros en los dos agentes detenidos, que empezaron, sobre todo el que sigue detenido, a consultar con frecuencia informes que no necesitaba para la realización de su trabajo. Fue en ese momento en el que se montó un dispositivo de vigilancia interna para analizar sus movimientos y se les dejó hacer. Han sido meses de trabajo.
Los controles han funcionado. En España han sido efectivos en los dos casos de filtraciones. Primero, en 2010 con Roberto Flórez García, que fue condenado a 12 años de prisión por traición a España. Ahora, con estos dos funcionarios, que esperarán el juicio y la condena, que podría ser, dicen las fuentes consultadas, similar a la de Flórez. No pasó lo mismo en Estados Unidos, cuando logró escapar del control de la CIA y del país Edward Snowden.
Todos los agentes señalados estaban acreditados en España
Moncloa intenta que el caso no afecte a la relación con Washington