“Si mi obra salva una vida, nada me haría más feliz”
El escritor noruego, que el domingo recibirá el Premio Nobel de Literatura, ofreció un sobrio discurso de aceptación en el que tocó temas capitales
“H ay muchos suicidios en mis escritos. Más de lo que me gusta pensar. He tenido miedo de haber contribuido a legitimar el suicidio. Lo que más me conmovió fueron aquellos que escribieron con franqueza que mis escritos sencillamente les habían salvado la vida”, dijo Jon Fosse en su discurso de aceptación del Premio Nobel de Literatura 2023, que recibirá este 10 de diciembre.
“En cierto sentido, siempre he sabido que escribir puede salvar vidas, tal vez incluso haya salvado la mía. Y si mi escritura también puede ayudar a salvar la vida de otros, nada me haría más feliz”.
El galardón se entrega tradicionalmente a los premiados el día del aniversario de muerte de Alfred Nobel, que este año caerá en domingo.
“Cuando se anunció que me habían concedido el premio recibí muchos correos electrónicos y felicitaciones, y por supuesto me alegré mucho, la mayoría de los saludos eran sencillos y alegres, pero algunas personas escribieron que gritaban de alegría, otras que se emocionaron hasta las lágrimas.
Eso me conmovió de verdad”, agregó el autor.
Un hombre silencioso
Jon Fosse nació en una zona rural de noruega, Haugesund, cerca de Berge (actualmente vive en Austria) y curiosamente, cuando ganó el Nobel pocos lo conocían
en su localidad, solo el sacerdote, pues el escritor vivía alejado de todo pero asistía religiosamente a la iglesia cada domingo.
Ayer, aquel hombre misterioso, famoso en Europa pero apenas conocido en América Latina, leyó su discurso de aceptación, que tituló: “A Silent Language”.
Durante el evento, en la Academia Sueca en Estocolmo, Jon Fosse (1959) recordó sus días en la secundaria y la primera vez que un profesor le pidió que leyera en voz alta.
“Y de la nada me invadió un miedo repentino que me dominó. Fue como si desapareciera en el miedo y fuera todo lo que yo era. Me levanté y salí corriendo del aula… De esta experiencia aprendí algo importante sobre las personas. Sí, muy probablemente es algo que me permite hoy estar aquí y leer en voz alta ante un público y ahora casi sin miedo”.
Un miedo que Fosse ha alternado con prudencia y seguridad en sí mismo, pues el día que la Academia Sueca lo anunció como ganador del Nobel, dijo a la radio pública de su país que durante 10 años se había preparado “con cautela” para recibir el galardón pues sabía que su nombre sonaba cada año para recibirlo.
El gran día
El escritor ahondó sobre la seguridad en su obra durante el discurso de aceptación que dio ayer.
“Mis primeros libros tuvieron muy malas críticas, pero decidí no escuchar a los críticos, debía confiar en mí mismo, ceñirme a mi escritura… Más tarde recibí sobre todo buenas críticas, e incluso empecé a recibir premios y entonces pensé que era importante seguir con la misma lógica... me aferraría a lo que había creado.
“Y creo que eso es lo que he conseguido hacer, y realmente creo que seguiré haciéndolo incluso después de haber recibido el Premio Nobel”, dijo Fosse mientras permanecía quieto en la silla frente a la audiencia, casi sin moverse. Es un hombre serio, y en este momento cumbre de su carrera siguió fiel a ello.
El gran día para Fosse y el resto de los galardonados será este domingo, cuando el rey Carlos Gustavo de Suecia les otorgue el premio en la Sala de Conciertos de Estocolmo. Cada uno recibirá 11 millones de coronas suecas (aproximadamente 1 millón 60 mil dólares).
También son acreedores a un diploma y una medalla de oro de 18 quilates con el rostro grabado de Alfred Nobel, creador del reconocimiento. Posteriormente se ofrece un banquete en el Ayuntamiento de la ciudad.
A ambos eventos asistirán el rey y su esposa, Silvia, así como dos de sus tres hijos (la princesa heredera Victoria y el príncipe Carlos Felipe) con sus respectivas parejas.