MARQUÉS DE SANTA CRUZ ALQUILA SU PALACIO EN LA MANCHA POR UNA PESETA
Hablamos con Álvaro Fernández Villaverde, heredero de Álvaro de Bazán, héroe de la batalla de Lepanto, sobre la renovación como sede del Archivo General de La Marina de su palacio de El Viso, en La Mancha.
AL IGUAL QUE EL SOL EN LOS dominios de Felipe II, hubo una ocasión en la que el fulgor de Hollywood inundó los predios del aristócrata Álvaro Fernández-Villaverde y de Silva (80), XV marqués de Santa Cruz. En 2001, Nicole Kidman rodaba Los Otros en su casona cántabra de Las Fraguas mientras su marido, Tom Cruise, la esperaba en otra de las propiedades de la familia de este noble, el palacio Santo Mauro de Madrid, convertido en hotel en 1991 por Antonio Catalán. “Creo que la pareja ya no se llevaba bien. Dimos una cena para que conocieran a los Reyes. Cuando estaba a punto de recibir a Sus Majestades, me dice Tom que ella no venía. ¡Menudo susto!”, ríe don Álvaro, un hombre serio que comparte este chascarrillo como acto de cercanía. Ese mismo año las imágenes de Nicole a la salida del despacho de sus abogados confirmaron el divorcio. Pero esa es otra historia. La relación con la monarquía del entonces marqués del Viso siguió intacta. Cuando se casaron los Príncipes de Asturias en 2004 él era el jefe de Patrimonio Nacional. Además, bajo su mandato se inició la Galería de las Colecciones Reales.
Pregunta.- ¿No cree que debería haber un retrato de Don Juan Carlos en la que es una retrospectiva sobre la historia de la realeza en nuestro país?
Respuesta.- Sí, porque si no fuera por él dudo de que la galería se hubiera empezado. Pasará a la historia como uno de los mejores monarcas de España. ¡Aunque no soy objetivo! Lo recuerdo pidiendo dinero para este proyecto tanto a Aznar como al Gobierno socialista.
P.- ¿Está el Rey emérito triste porque lo han borrado de allí?
R.- Le informé de la apertura. No me dijo que estuviera triste. Creo que estará orgulloso de cómo lo ha terminado Ana de la Cueva. Ese buen final le habrá alegrado.
Hay familias públicas que no saben vivir fuera del foco mediático. No es el caso de este hombre, que apenas concede entrevistas y tiene fama de timorato. En cambio, en las distancias cortas todo cambia. Don Álvaro reside en su palacio, el de los marqueses de Santa Cruz, en la calle San Bernardino de Madrid, junto al de Liria, donde nos recibe. De trato cálido, insiste en que no quiere parecer demasiado señorial. “Yo solo he heredado estos bienes y me dispongo a gestionarlos lo mejor posible”, confiesa este gran defensor del patrimonio histórico-artístico. La casa, que se puede visitar como museo y comparte con su segunda mujer, Enriqueta Bosch, se ha transformado desde 2009 en sede de la Fundación Álvaro de Bazán, creada ese año por petición de su madre, quien solicitó a él y a sus tres hermanos –Casilda, José Carlos y Rafael– que, a su muerte, se abrieran todas sus propiedades.
El palacio alberga una pinacoteca con obras de Goya, Brueghel, Van Dyck o Sorolla. El impresionante ar
chivo lo cedió al Hospital de Tavera en 2016 en un acuerdo con Cultura. Y, luego, están los fanales de La Sultana, la nave de Alí Bajá que su antepasado, el ya citado Álvaro de Bazán, redujo a pedazos tras su victoria durante la batalla de Lepanto, en 1571. Junto a Don Juan de Austria, el almirante impidió que el Imperio Otomano reinase en el Mediterráneo. Fue en 1564, un poco antes de “la más grande ocasión que vieron los siglos”en palabras de Cervantes, cuando el marino levantó un palacio en un sitio poco proclive para sufrir el síndrome de Stendhal: El Viso del Marqués, en Ciudad Real. Uno de los refranes más populares en este pueblo de 2.000 habitantes es que el militar“hizo un palacio en el Viso porque pudo y porque quiso”.
“Esta frase tiene fácil explicación cuando se visita el edificio. Es una de las grandes joyas del Renacimiento... pero está en una aldea de La Mancha. Sus frescos son increíbles. ¡Contrató a pintores venidos de Génova! Los Reyes Católicos aconsejaban comprar terrenos donde estaban asentadas las órdenes militares para restarles poder”, recuerda Álvaro, quien dispone allí de un “pequeño y cómodo” apartamento y, a su vez, muy cerca de una finca que perteneció a este héroe naval. El pasado martes 12, el marqués rompió su habitual ostracismo para confirmar este inmueble como sede del Archivo General de la Marina.
“La primera en conservar y divulgar este legado fue mi madre en 1949. Su familia le decía: ¡Vas a perder la propiedad! Y ella contestaba: ‘No me importa¡Lo que no quiero es perder el edificio!’ Por eso acabo de firmar un contrato por otros 50 años. Ha sido un éxito durante este tiempo. La Armada ha hecho un gran trabajo aquí. ¡Lo han restaurado entero! Además, hay una legislación sobre la conservación del patrimonio más elaborada, se va a promocionar más el conocimiento de este lugar y su archivo va a ser compatible con uno nuevo de La Marina, el de Elcano”. El precio confirma aquello de “nobleza obliga”: una peseta de 1953 con la cara de Bazán impresa. “Es simbólico, porque la peseta ya no tiene valor. Creo en el patrimonio privado con vocación de servicio a la sociedad”. P .- Y ,¿ cuándo usted no esté? R.- Estoy convencido de que será así. No hay mejor solución que ésta.
P.- Su único hijo, Álvaro, es el actual marqués de El Viso. Tiene 41 años. ¿Cómo le habló de la responsabilidad que le tocará asumir en un futuro?
R.- Esa es la tarea en la que tengo que centrarme en los años que me quedan. No crea que es fácil de entender todo esto. Hay que tratar de ser útil a la sociedad. Pero él ya es consciente.
P.- Estuvo comprometido con la supermodelo Madeleine Hjört, pero no se llegó a casar. Lo ha hecho este verano con Caterina Fontana, ¿está contento con su nuera?
R.- Muchísimo. Es una chica especialmente agradable. Estamos todos felices con esta noticia. Se casó en
Las Fraguas, donde se celebran muchos matrimonios para su mantenimiento. Esta propiedad, a la que voy mucho en verano, no está en la Fundación, es mía.
Inasequible al desaliento, el aristócrata, cinco veces Grande de España, patrono del Museo Naval y del Museo del Prado, entre otros, se ha propuesto salvar todos los bienes de la familia con acuerdos tan propicios como el de La Armada. Entre el patrimonio de los Santa Cruz destacan los ya citados palacios de El Viso y de Madrid, el hotel Santo Mauro de la capital y el palacio del duque de San Carlos, en Trujillo. Don Álvaro tiene un buen ejemplo de sentido histórico en su madre, Casilda Silva. Casada con José Fernández-Villaverde, embajador de España en el Reino Unido durante 13 años e hijo de Raimundo Fernández-Villaverde, presidente del Gobierno en el reinado de Alfonso XIII, entre sus amistades estaban Winston Churchill o la infanta Beatriz de Borbón. Cuando falleció en 2008, The Telegraph escribió un emotivo obituario. “Contaba Hugh Thomas que al abandonar la sede diplomática se habían enterado de que era alcaldesa perpetua de Gibraltar, título heredado de Álvaro de Bazán. Fíjese usted con el conflicto histórico que había con el Peñón…”.
P.- Y que se las tuvo que apañar para salvar dos cuadros de Goya que, por cierto, pintó a su antepasada, Joaquina Téllez-Girón, marquesa de Santa Cruz…
R.- Era excepcional. Tras la Guerra Civil había perdido a su hermano en un accidente. Más tarde murió su hermana y su padre ya había fallecido. Se quedó casi sola, tuvo que recomponer todo. Un día, gracias a un telefonazo, fue hasta Valencia para recuperar dos bocetos de Goya sobre San Francisco de Borja. ¡Durmió toda la noche con ellos!
P.- De ahí sus ganas por preservar el legado, aunque imagino que el alquiler del Hotel Santo Mauro no será por una peseta…
R.- ¡No! Este es el mejor negocio que he hecho. Nunca viví en él. Lo fundó mi bisabuelo Mariano, que también creó Las Fraguas e impulsó el palacio de la Magdalena de Santander.
P.- Dirige, a través de la fundación, el palacio del duque de San Carlos de Trujillo, fundado por el matrimonio que tenía el monopolio del correo entre Iberoamérica y España.
R.- Sí, es un sitio estupendo. He renovado un contrato con la empresa de cátering Plaza Corral del Rey, donde se hacen eventos.
P.- Conservar estos bienes supone mucho dinero, ¿el Estado colabora?
R.- Debería haber una mejor relación. Se hacen cosas, mire El Viso, pero no es suficiente. En favor del patrimonio privado, pero abierto al público, debería de recibir más apoyo del Ministerio de Hacienda. El de Cultura nos lo da.
P.- De toda la gente que ha conocido. ¿Qué personalidad le ha influido más?
R.- Claudio Boada, ex presidente del Banco Hispano Americano. Es la persona que más me ha enseñado a vivir.
P.- ¿Y cuál es esa máxima?
R.- El éxito depende del trabajo. Y el trabajo debe de hacerse teniendo en cuenta que se forma parte de una sociedad, donde hay que tratar de servir a los demás. ¡Funciona!
Casado dos veces, tiene un único hijo, Álvaro, marqués de El Viso Su madre fue alcaldesa perpetua de Gibraltar