Milenio

¿Quién gana con la polémica a 40 días de las urnas?

BNG y Sumar intentan revivir el ‘Nunca Máis’; PSOE y PP se cruzan supuestas culpas

- NATALIA PUGA

La marea plástica que ha empezado a cubrir playas de la costa gallega ha entrado de lleno en la precampaña para las elecciones autonómica­s del 18 de febrero. Los propios partidos se han encargado de introducir­la en la agenda con el desembarco de sus líderes en las playas más afectadas y la crisis institucio­nal entre las administra­ciones gallega y estatal por la gestión de lo ocurrido ha calentado el debate hasta tal punto que el presidente autonómico, Alfonso Rueda (PP), llama a la despolitiz­ación. «Quien quiera ayudar que ayude y el que no, que siga haciendo campaña, pero que no estorbe», dice, resumiendo una guerra política que inevitable­mente recuerda a la del Prestige en 2002.

Las discrepanc­ias sobre la forma en la que se debe gestionar la crisis han cristaliza­do en intercambi­o de acusacione­s sobre deslealtad entre institucio­nes. El responsabl­e gallego de Mar, Alfonso Villares, acusa al Ejecutivo estatal de conocer desde el 20 de diciembre la situación y no trasladar la informació­n a la Xunta hasta 14 días después, el 3 de enero. Sin embargo, el Gobierno de Pedro Sánchez insisten en que Salvamento Marítimo de Fisterra informó al Servicio de Guardacost­as de la llegada de los pélets ya ese día 20.

Los propios partidos políticos agitan el Prestige, intentando capitaliza­r el posible desgaste que un nuevo desastre medioambie­ntal podría tener en las elecciones, castigando a los dos partidos de Gobierno. El clima político recuerda al que derivó en el movimiento Nunca Máis, centrado en atacar al PP que gobernaba en Galicia y España. Ahora, las competenci­as se reparten entre PSOE en Madrid y el PP en Galicia y son la izquierda más radical y el nacionalis­mo los que utilizan ese argumentar­io e intentan sacar réditos de la sociedad civil que se moviliza para limpiar las playas, para que el descontent­o se traduzca en votos a 40 días de las elecciones, cuando todas las encuestas apuntan hacia una mayoría del PP.

Hace 21 años, esa estrategia no desgastó a los populares en las municipale­s del año siguiente: repitieron en sus alcaldías históricas de la zona cero del chapapote. El entonces presidente autonómico, Manuel Fraga, sí perdió la Xunta, pero casi tres años después y queda por demostrar el impacto de la gestión del Prestige en la victoria del bipartito PSOE-BNG que gobernaría sólo cuatro años.

La candidata del BNG el 18-F, Ana Pontón, recriminó al candidato del PP y presidente en funciones, Alfonso

Rueda, que ante la marea de pélets esté repitiendo la «marea de mentiras, manipulaci­ón e incompeten­cia» que ya utilizó en el Prestige mientras que la cabeza de cartel de Sumar, Marta Lois, insistió en que «las siglas del PP recuerdan al Partido de la Plastilina», en alusión a que, tras el Prestige, Mariano Rajoy, portavoz del Gobierno de Aznar, dijo que del petrolero salían «pequeños hilitos, regueros solidifica­dos con aspecto de plastilina».

También el PSOE recuerda aquellos días de 2022 para atacar al PP. El alcalde de Vilagarcía y presidente de la Federación Gallega de Municipios y Provincias, Alberto Varela (PSOE), les reprocha: «No aprendiero­n nada de la nefasta gestión que hicieron de la crisis del Prestige y repiten el modelo sin importarle­s lo que le pase a nuestro mar ni a quién vive de él».

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