Trump: primera parada
El lunes 15 comienza la carrera dentro del partido republicano para definir quién será su candidato para enfrentar, todo apunta, a Joseph Biden en la elección presidencial de este año.
Es la primaria con la que tradicionalmente arranca la carrera partidista aunque por su modalidad, no es la más famosa. Me explico: lo que sucederá en Iowa el lunes, a diferencia de la mayoría de los estados, no es una votación. Es una junta, una convención de los afiliados partidistas en la que discuten y después deciden a qué candidato o candidata apoyarán rumbo a la nominación. La que sigue es New Hampshire, en 15 días, donde los votantes sí van a las urnas.
Más allá de eso, lo que suceda en Iowa —un estado gobernado por republicanos hace una década— es importante porque dará una primera señal si es que existe un aspirante capaz de competir contra Trump seriamente. Las señales no son las mejores.
En términos reales quedan dos competidoresparaTrump: Ron De San t is yNikki Ha ley.
El camino del primero, gobernador de Florida, ha sido un desastre en relación con las proyecciones de cuando iniciaba su campaña. DeSantis era una especie de Trump sin serTrump. Conservador hasta la médula, ganó lagubern atura de un estado clave por el número de votos electorales que provee, con una ventaja que sorprendió a muchos. Pero algo pasó en la campaña que simplemente no ha funcionado. Nervioso, sin carisma, confuso,
Las estrellas se le siguen alineando al ex presidente
con interacciones equívocas frente a votantes y en los debates, un tercer lugar en Iowa podría anticipar su retiro temprano de la competencia, aunque seguramente llegaría a New Hampshire. Además, DeSantis se ha convertido en el objetivo de la ira y la burla de Trump, quien dice que el triunfo en Florida fue gracias a él. “Si no lo hubiera apoyado estaría chambeando en algún bufete legal”.
A quien ha beneficiado la caída de DeSantis es a Haley. La ex gobernadora de Carolina del Sur y ex embajadora frente a la ONU ha subido en las encuestas y todo indica que quedará en segundo lugar en Iowa, convirtiendo a la carrera republicana en una parejera. El problema es que Haley llegaría ahí más bien por default. No es tan antitrumpista
_ como para atraer a ese grupo y no es trumpista suficiente para quitarle algún voto al ex presidente.
Todo indica que las estrellas se le siguen alineando a Trump. Mala noticia para el mundo y, en particular, para México..