Va otra pesquisa a aviones de Boeing
Los estadunidenses son raros respecto al sexo. Al fin y al cabo, empezamos siendo puritanos, quemando como brujas a adolescentes hormonales saludables y poniendo letras escarlata a las mujeres rebeldes. En la actualidad, utilizamos la carne para hacer publicidad de todo tipo de cosas, desde comida rápida hasta gotas para los ojos, pero le dificultamos a la gente el aborto e incluso el control de la natalidad. Ansiamos la libertad y el individualismo, pero también adoramos la seguridad de las reglas.
Toda esta contradicción se pone de manifiesto en la creciente fascinación de Estados Unidos por el amor libre, como demuestra el número cada vez mayor de artículos de revistas, pódcasts, libros y programas de televisión sobre el tema. En los últimos años, en particular los liberales urbanos empezaron a abrazar el poliamor, la práctica de mantener varias relaciones románticas al mismo tiempo, que antes era territorio de los hippies, los mormones y de extrañas sectas en Texas, pero lo hacen a su manera, decidida, seria y estadunidense. Hay reglas —muchas—, guías, terapeutas especializados, redes de contactos y hasta sitios web que lo facilitan todo.
El epicentro más candente del nuevo movimiento poliamoroso estadunidense parece ser mi propio barrio de Park Slope, Brooklyn, un lugar lo suficientemente acomodado como para que la gente contemple la autorrealización, pero no tan arribista como para no tener tiempo de actuar en consecuencia.
Mientras leía el nuevo libro de Molly Roden Winter, More, no dejaba de pensar: “Conozco a esta mujer”, al menos metafóricamente. La he visto al dejar a los niños en la escuela o envolviendo queso en la cooperativa de alimentos ecológicos. Tiene cuarenta y tantos años, es guapa, pero no se esfuerza demasiado,
La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos anunció una investigación sobre el control de calidad de Boeing, después del incidente de la semana pasada que involucró a un 737 Max operado por Alaska Airlines. Esto “nunca debió ocurrir y no puede suceder de nuevo”, indicó el regulador en un comunicado, y añadió que “las prácticas de fabricación de Boeing deben cumplir con los más altos estándares de seguridad”.