Cacerolazo por la cultura en Argentina
Desde distintas regiones de la Argentina se ha dejado oír el “cacerolazo” en repudio a la Ley Omnibus que el presidente de ese país, el ultraderechista Javier Milei, ha propuesto para modificar un paquete de leyes que prácticamente le dan, junto con el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), poderes que sustituyen las funciones del Poder Legislativo. Entre las nuevas leyes que limitan incluso la libertad de protesta de los argentinos, está la desaparición de órganos pertenecientes al ahora desaparecido Ministerio de Cultura. En particular se plantea la desaparición de los dedicados a la música, el cine y las artes escénicas, así como otras industrias culturales entre las que estaría la del libro, ya gravemente afectada por la crisis económica de los últimos años.
El Fondo Nacional de las Artes (muy anterior al Fonca mexicano) ha sido un semillero de todos los grandes artistas argentinos de las últimas cinco o seis décadas y ha permitido tanto el desarrollo de las artes como la proyección de la cultura argentina en el extranjero. El Instituto Nacional de Teatro (INT) es un organismo nacional con representación de dos personas por cada una de las 23 provincias de la República Argentina; sus cargos son temporales elegidos por concurso público. El INT no sólo produce espectáculos en todo el país sino que facilita giras, promueve investigaciones y edita libros al tiempo que propicia diversos tipos de intercambio.
En México alguna vez se propuso al Instituto Nacional de Bellas Artes seguir el modelo del INT para un proyecto verdaderamente republicano e integrador entre las distintas regiones del país. Es decir, es modélico así como la aún vigente Ley del Teatro, que es pionera en los países de habla hispana. Son muy malas noticias para la cultura de nuestro país hermano con el que tantos
_ lazos nos unen. El teatro argentino ha sido y es un referente importante para el teatro hispanoamericano y no merece el destino que está intentando imponer el presidente Milei.