Crimen exige a pequeños negocios $5 mil semanales
Empresarios denuncian que las autoridades están coludidas con los extorsionadores y “si no pagas, te matan”
Tras el paso del huracán Otis, Acapulco enfrenta la reconstrucción, la acumulación de basura y la falta de turismo, pero existe otro factor que le impide crecer: la extorsión, que aunque no es nueva se ha recrudecido.
Diversos sectores en Guerrero han denunciado el asedio del crimen y uno de los más afectados es el turístico. Pequeños y medianos empresarios perdieron casi todo con el paso del huracán en octubre pasado, tuvieron que pedir créditos y además deben pagar derecho de piso.
“Uno le está batallando y ni así la perdonan, quieren ganar más de lo que uno recibe”, comentó el dueño de uno de los negocios turísticos. MILENIO platicó con diversos comerciantes, quienes piden auxilio pese al temor de hablar, porque “estos no se andan con juegos”.
“A los que trabajan verdaderamente es a los que acosan... uno tiene miedo de decir algo porque sabes que te van a matar”, comentó Graciela, dueña de un importante negocio en la costera Miguel Alemán.
Afirmó que todas la autoridades lo saben, a niveles federal, estatal y municipal, pero no se hace gran cosa por detener a los extorsionadores. Reconoció que la ganizado piensan que la solución no es tan compleja y es por eso que sospechan de la colusión de las autoridades.
“Aquí se ha manejado el cobro del piso, no nada más en los negocios, es un grupo que no sé si sea fuerte, no sé, pero es un grupo local que creció en la Condesa, protegido por algunas personas que estaban relacionadas en ese asunto. Ha ido agarrando fuerza, pero no es un grupo de cuidado, no sabemos por qué la autoridad no está llevando a cabo su chamba”, expresó Francisco.
Para levantar su negocio este pequeño empresario ha sufrido incluso lesiones físicas y aunque no está dispuesto a rendirse reconoce que se corren riesgos fuertes. “Si uno se niega a pagar, te matan; han llegado los casos en que los matan y si no es a la persona, pues a un familiar”.
Todos los entrevistados por este medio coincidieron en que el Acapulco de oro se ha ido perdiendo, pues el turismo extranjero ya tiene miedo de visitarlos y el nacional aún no llega de lleno por las afectaciones de Otis. “Nosotros lo que queremos es
_ que no haya eso, que haya buena libertad en vender, en tener buen turismo, es a lo que se le echa más ganas, pero aparece esto y pues sí nos acaba, poco a poco va acabando a Acapulco”.