Milenio

Esquina con Liópez

Nueve meses antes de que termine su gobierno aparecen en varias partes del país calles, colonias, avenidas, incluso parques y comunidade­s que llevan su nombre; así es el amor del pueblo, incontrola­ble, y ni modo de decirle no al pueblo bueno...

- GIL GAMÉS gil.games@milenio.com

Repantigad­o en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil leyó en su periódico El Universal, en una nota de Pedro Villa y Caña, que hace apenas unos días, cuando empezaba el año, el presidente Liópez dijo que en su testamento político dejó asentado de manera categórica que no quiere que le den su nombre a ninguna calle, parque, colonia, ejido o que se instale un monumento en su honor: “Yo tengo en mi testamento político, y a lo mejor lo voy a hacer público, que no quiero que le pongan mi nombre a ninguna calle, a ningún parque; que no me hagan ni un monumento, que no le pongan nombre a ningún ejido, a ninguna colonia, a nada”.

Ah, las palabras y el viento, caviló Gil. Nueve meses antes de que termine su gobierno aparecen en varias partes del país calles, colonias, avenidas, incluso parques y comunidade­s que llevan su nombre. Así es el amor del pueblo, incontrola­ble, y ni modo de decirle no al pueblo bueno.

A Gil no le llama la atención, la verdad. Hay calles que se llaman López Portillo o Luis Echeverría, desde luego Carlos Salinas. Gil no recuerda ninguna que se llame De la Madrid o Zedillo, pero sí Fox y Peña Nieto. Gamés no sabe si hay una avenida Calderón, no de la Barca, sino Hinojosa. Nunca dejará de ser ridículo, pero ninguno de estos ex presidente­s afirmó que se negaría a que alguna vialidad (así se dice) llevara su nombre. Liópez, sí.

Posteridad

Todos los presidente­s buscan la fama póstuma,la memoria admirable conque los juzgar á la historia, pero nadie lo ha logrado, aunque todos se empeñen en el porvenir de esa ilusión. Bueno, de acuerdo, el Tata Cárdenas para no entrar en discusione­s chicharrin­as.

“En una revisión y visitas hechas por El Universal se encontró que en la Ciudad de México, el Estado de México, Veracruz, Guerrero, su natal Tabasco y en Oaxaca, hay 11 lugares con el nombre del jefe del Ejecutivo federal (…) Las personas que viven en estas calles y colonias, la mayoría de manera irregular, cuentan ya con credencial­es de elector expedidas por el Instituto Nacional Electoral (INE) en donde aparecen sus direccione­s con el nombre del presidente Andrés Manuel López Obrador”. ¿Cómo la ven? Sin intención alguna de un albur urbano.

En la alcaldía Xochimilco, al sur de la Ciudad de México, en las faldas del cerro Tezontitla, existe la calle López Obrador, fundada a inicios de 2000; lleva el apellido del prócer por los programas sociales que impulsó cuando fue jefe de Gobierno de la Ciudad de México. En el puerto de Veracruz existe la co lo ni aLó pez Obrador, localizada en el ejido Dos Caminos, de casi 100 metros y nombrada así en honor al Presidente de la República. EnMacuspa na, Tabasco, una calle de la colonia Los Mangos lleva el nombreLó pez Obrador. A 120 kilómetros de ahí, en el municipio de Paraíso, Tabasco, existe asimismo un estrecho callejón al cual le pusieron el nombrecomp­leto del Presidente. En San Vicente Chicoloapa­n, en Chimalhuac­án, Estado de México, se localiza una avenida que lleva el nombre de Liópez. En tierras de la organizaci­ón priista Antorcha Campesina se encuentra la avenida Andrés Manuel López Obrador, nombre que desde hace un par de años le dieron los habitantes de esta zona de terrenos que fueron invadidos desde la década de los 90. En La Concepción, Vera cruz, también se encuentra una calle con el nombre del Presidente de la República.

Una propuesta

Vamos a dejarnos de pequeñeces. Gil propone que antes de que finalice este sexenio de paz y amistad, las avenidas Insurgente­s y Reforma lleven el nombre de Liópez Obrador. Aunque al Presidente no le guste, pues se sabe de su modestia y austeridad, se sabe de su animadvers­ión por el culto a su personalid­ad, por una vez se le impondrá una orden. A Gamés no le parece un disparate que esas largas avenidas lleven el mismo nombre. Nos vemos en la esquina de Liópez Obrador con Liópez Obrador. Para evitar la confusión de los conservado­res, una avenida llevará números arábigos y otra números expresados con letras. ¿Qué les parece?

Respecto a los parques la cosa es mucho más fácil, vean si no: Parque Liópez Obrador México, Parque Liópez Obrador España, Parque Liópez Obrador Venados, Parque Liópez Obrador Hundido, y así nos la llevamos. De vuelta: ¿cómo la ven? Eso sí, en los

_ parques se impondrá una placa en recuerdo del héroe: “La historia me absorberá”.

Todo es muy raro, caracho, como diría Salomón en el Eclesiasté­s 1:2: “Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad”.

Gil s’en va

Todos los presidente­s buscan la fama póstuma, la memoria admirable con que los juzgará la historia

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