¡Viva la perversión, carajo!
Elon Musk tiene maneras muy extrañas de excitarse, hasta un poquito torcidas, diría cualquier especialista; como que tiene una confusión entre lo que prende y lo que mata cualquier pasión. No puede ser que un discurso guango y obvio como el de Javier Milei, que es un delirio de Salinas de Gortari en Davos, lo haya impresionado tanto como para poner una imagen en su Twitter que ya es un festín para los psicólogos de Viena, donde un tipo desnudo que tiene a una chica desnuda de espaldas mira una pantalla de computadora que le cubre el trasero a la chica y donde se puede mirar al presidente argentino cuando defiende tesis tan artríticas que son las que defiende Zedillo.
Y todavía dicen que la derecha y la ultraderecha son sexys. O sea, no puede haber nada menos apasionanteque el rollo de mi Javi, fue más aburrido que el de Xóchitl Gálvez en Guanajuato que, ante la ausencia de teleprompters, mintió hasta que se cansó. El Inegi me la va a regañar por manipular sus cifras de seguridad, mientras la encuesta de María de las Heras la pone 30 puntos debajo de Claudia, ¡qué bajón!
Como quiera que sea, hasta Milton Friedman habría bostezado frente al show lugarcomunesco y patanesco en su defensa de la privatización a ultranza, el mismo cuento de la inflación y el archisobado numerazo de la libertad… pero la libertad de atracar en despoblado.
Claro, a lo mejor tanto entusiasmo porno de Musk por Milei se deba a que ya le ofreció entregarle a Argentina envuelta para regalo a un precio de ganga, de Black Friday, a precio de venta monstruo de Zara. Conociendo el apetito voraz de Elon, le va a querer poner Tesla hasta al mate, pasando por los asados, al Boca Juniors y hablará de un tal Diego MaraMuska.
Algo intuía el gran Julio Cortázar y por eso escribió aquello de Fantomas contra los vampiros multinacionales.
Ahora, la fanaticada hiperconservadora que le rinde culto a Milei, para excitarse como Elon ya no ven YouPorn sino las fotos del presichente argentino, como esa donde en nombre de los cavernicolitas del mundo, Sergio Sarmiento saluda a Milei y parece como el encuentro del viejo Biff y el chavorruco Biff en Volver al futuro II, ¡y el mundo se fue yendo al infierno!
Ese es el sueño dorado de los anarkocapitalistas, que aparezcan vivales y timadores como mi Javi dispuestos a
_ malbaratar a la patria, desprovistos de cualquier forma de empatía por la nación y la bandera, extraviados en un autocomplaciente sueño neoliberal, donde la libertad es una forma de navegar por esta vida que es puro transar.
Elon Musk y Javier Milei, esténse sosiegos, ¡déjense ahí!