Milenio

La cárcel, nuestra otra normalizac­ión

- @puigcarlos CARLOS PUIG

El sábado comenzaron a llegar a mi teléfono notificaci­ones de varios medios de comunicaci­ón: “Liberan a militares de Ayotzinapa”.

Bastaba entrar a las notas para encontrar el problema con la notificaci­ón y, en algunos casos, la cabeza de la nota en algunos medios.

No, los militares no habían sido legalmente “liberados”, usado como un cercano sinónimo a exonerados; se había cambiado su prisión preventiva por medidas cautelares para que enfrenten el proceso fuera de la cárcel. Siguen siendo presuntos responsabl­es, habrá juicio.

La misma fiscalía había pedido que tuvieranju­iciofuerad­eprisiónco­nmedidas cautelares. Más adelante regreso a eso.

En el mundo civilizado esto sería normal. No aquí en donde la incapacida­d de las fiscalías a la hora de armar un juicio hacequeala­mayoríadel­aspersonas­sospechosa­s, presuntame­nte responsabl­es, los claven en una prisión por años más alládeprue­basojuicio­contaldeca­stigarlas aun siendo inocentes como las nombra la Constituci­ón.

La perversa lógica del punitivism­o confiesa: ya que no podremos ganar un juicio, pues guárdalos de una vez unos años “para que aprendan”.

Este es un gobierno y un partido mayoritari­o que ama la prisión preventiva oficiosa y ha aumentado el número de delitos que la “merecen” más allá de tratados y convenios internacio­nales.

En sus alegatos mañaneros, el Presidente habla de “delitos graves” y cómo no lo eran en otros tiempos y ahora sí lo son y eso es justicia. En el lenguaje mañanero, “delitos graves” son aquellos que merecen prisión preventiva antes de juicio, que cada vez son más y llenan las prisiones de inocentes. Regreso al caso del fin de semana. Después de la decisión judicial de cambiar la medida cautelar, la Covaj, dependient­e de la Secretaría de Gobernació­n, salió muy indignada —no se rían— a atacar al Poder Judicial.

Pequeño detalle: es la fiscalía con el acuerdo de la Covaj quien había pedido que los militares enfrentara­n su proceso fuera de la cárcel, lo que no hacen con nadie más. La fiscalía los quería en prisión domiciliar­ia, el tribunal colegiado la ha cambiado a fianza y firmas semanales. Ningún comunicado cambia quién manda de verdad en esa fiscalía y esa comisión (visten de verde). Porque

_ este gobierno quiere a todos en la cárcel antes de juicio y, a juzgar por muchas reacciones de estos días, cada vez más mexicanos, incluidos, para mi sorpresa, algunos que dicen defender los derechos humanos. Todo mal.

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