Homenajean a José Agustín
Jóvenes fueron los principales asistentes al tributo que se le rindió ayer en el Zócalo de la capital.
“Es la primera vez que tocaré con la Orquesta Sinfónica de Milwaukee, el 9 y 10 de febrero, y también es la primera vez que lo haré con la Orquesta Sinfónica de Yucatán, el 23 y 25 del mismo mes.
“En el caso de ambas hay música mexicana porque para mí es importante llevar repertorio sinfónico escrito en este país a otros lugares. En ambos sitios se dialogará con repertorio ruso y del repertorio tradicional. Además de que el ‘Concierto para violín’ de Prokofiev, en Yucatán, será la primera vez que la dirija. Estar con agrupaciones nuevas es un reto que afronto con gran ilusión”.
¿Se trata de un aprendizaje en dos vías?
¡Claro! El director de orquesta aprende todos los días y crece todos los días. Yo he tratado de aprender de cada paso que doy, para bien y para mal, porque siempre hay enseñanzas que uno tiene que sacar en la vida, y claro que todo es parte de un aprendizaje y un crecimiento y de una madurez que se va adquiriendo poco a poco.
“Yo creo que la edad no es un pretexto sino una oportunidad: ser director joven es una gran oportunidad de enseñar y de aprovechar otras formas de hacer música, de comunicarse, de traer ideas frescas, visiones nuevas. La edad para muchas personas puede ser llevada a la falta de madurez, de que falte crecimiento, pero más bien yo lo veo como una oportunidad de crecer y madurar con cada paso que se da”.
¿De qué manera te enriquecen los libros sobre compositores y sus obras?
A mí me resulta emocionante e interesante complementar el estudio musical de la manera más amplia posible, ya sea leyendo, visitando. Muchas veces me ha tocado ir a lugares a conocer, por ejemplo, un cuadro que inspiró una obra, o a la casa de un compositor y veo dónde vivió, cómo, pero también museos, paisajes. “Estoy seguro de que el director se enriquece de todas las vivencias que pueda acumular y la lectura es parte fundamental: yo tengo libros, compro libros y seguiré haciéndolo sobre los compositores, sobre su vida, sobre el entorno social en el que vivían porque eso también es importante analizarlo: una partitura puede responder a un entorno y a un contexto social, y para mí es importante llegar lo mejor preparado posible con todas estas herramientas auxiliares, que no son necesariamente la partitura sino todo lo que se gesta alrededor de la misma”.
En 2024 se celebran los 90 años del Palacio de Bellas Artes, ¿qué preparará la OTBA?
Será un año importante; todavía estamos afinando detalles
_ y se anunciará después la programación para este importantísimo aniversario. Lo que sí es que estoy muy orgulloso de estar con esta orquesta maravillosa con la que he crecido.