Calentar, admirar e incubar

Sin que Djokovic se diera cuenta, las cámaras de televisión del Australian Open transmitieron su calentamiento al interior de los camerinos en la pista central del Rod Laver Arena previo al juego de cuarta ronda: flexiones, estiramientos, movimientos de hombro, codo, muñeca, tobillo y rodilla, ejercicios con pelotas ortopédicas, aparatos y tandas de respiración; nada fuera de lo normal salvo un pequeño detalle, durante todo este tiempo, casi dos horas, Djokovic no dijo una sola palabra. Estaba jugando el partido encerrado en un cuarto de cuatro por cuatro. Cuando lo soltaron, arrolló al veterano francés Adrián Mannarino, número 20 del mundo, 6-0, 6-0 y 6-3. Los grandes atletas de la historia son los mismos con público o sin él.

Calentamiento.

Con 21 jornadas jugadas el Girona (52), líder de LaLiga, cruzó la línea de las 50 unidades: según los expertos, este es el punto de quiebre que determina si un equipo lleva el camino de un campeón. En España hace falta un campeón así, no necesitan más Real Madrid, ni Barcelona, ni tampoco, aunque sea un poco, más Atlético de Madrid. El Girona, como el Leicester en Inglaterra, son el tipo de equipos que humanizan el futbol, ofrecen credibilidad a los campeonatos y nos recuerdan en cada partido que por encima del dinero, el negocio y el espectáculo, esto debe ser un deporte. En las próximas 17 fechas el Girona irá agrupando a todos los seguidores que ya no soportan otro título del Madrid o el Barça, convirtiéndose, por estadística, en uno de los equipos más admirados del mundo.

Admiración. Incubadora.

Los grandes atletas de la historia son los mismos con público o sin él

Por no salir de su equipo, no jugar en su equipo, no volver a su equipo o por no darle un campeonato del mundo a la Selección, la extraordinaria carrera de Andrés Guardado en Europa no obtiene unanimidad. Un sector cada vez más grande de la afición mexicana, incubado en el nido más oscuro de las redes sociales, no conoce la deportividad.