Milenio

Policías de Edomex secuestran y obligan a víctimas a pedir dinero a contactos

Uniformado­s someten a personas y les exigen llamar a sus familiares para que las “saquen de un problemón” a través de transferen­cias bancarias; los agentes controlan las cuentas y deciden dónde hacer depósitos

- CONCEPCIÓN PERALTA SILVERIO

Policías del Estado de México tienen una nueva táctica para robar recursos a víctimas de secuestro exprés que, en un entramado de complicida­des, son obligadas a enviar mensajes de texto a sus familiares y amigos para que les transfiera­n dinero a sus cuentas. Erick recuerda que estaba esposado y sometido por dos policías en el asiento trasero de una patrulla del Estado de México.

—¿Por qué te mandan dinero tan fácil?, le cuestionar­on los mandos entre golpes y risas, dice.

—Porque somos amigos y me quieren, respondió.

Los dos policías juntaron más de 50 mil pesos.

Erick Mejía Olivares es abogado, pero se dedica a las ventas. Uno de sus emprendimi­entos es la crianza y entrenamie­nto de perros rottweiler, actividad que lo ha llevado a viajar y conocer a políticos, doctores, policías, jueces, empresario­s y artistas que gustan de esa raza.

El 4 de enero a un costado de la carretera México-Querétaro, los dos policías estatales lo obligaron a realizar más de 25 llamadas. En menos de tres horas, 22 contactos cayeron en la extorsión y le transfirie­ron 58 mil pesos.

Mejía Olivares recuerda que el jefe de esos policías los buscaba por radio, pues quería que se presentará­n a un servicio, por lo que decidieron parar. Entre los mensajes que le obligaron a enviar, Erick destinó uno para su esposa su ubicación en tiempo real y a un amigo le escribió que lo tenían secuestrad­o.

Erick se acuerda que vio la sirena y percibió que la patrulla giró en un terreno de terracería, relata que olisqueó un olor fétido y escuchó un río. Mejía Olivares dijo que vio su carro estacionad­o con las luces prendidas. Un tercer policía va detrás de ellos manejando. Durante casi una hora, los tres sujetos deciden que hacer con su víctima.

Modus operandi y denuncias

La Secretaría de Seguridad del Estado de México tiene miles de policías estatales y 2 mil 512 patrullas propias. Los elementos se dividen en 16 subdirecci­ones regionales operativas. Hasta agosto de 2022, 120 mandos estaban bajo investigac­ión por actos de corrupción y 25 habían sido dados de baja.

Erick recuerda que ese día lavaba las perreras de sus rottweiler­s y se dirigió a la plaza comercial Centella, en Cuautitlán Izcalli. Pasó la pluma de entrada y se detuvo porque un auto negro le tapaba el paso, se echó de reversa y le pegó. Del coche descendió una mujer que le ofreció disculpas y sugirió llamar a su seguro.

A las 6:32 de la tarde Erick llamóaespo­sayleavisó­quelohabía­n chocado, por lo que decidió irse, pero entró a la plaza comercial una patrulla del Estado de México, una Dodge Ram con batea trasera. —Chocaste, flaco.

—Sí, pero ya me voy.

—A ver pásale por acá, bájate. Relata Erick que bajó confiado para explicarle­s lo que había pasado, pero comenzaron a revisarlo y lo acercaron a la parte trasera de la patrulla, donde lo metieron.

“Ya chingaste a tu madre”, dice Erick.

Para someterlo le pegaron en las costillas con un arma. Lo esposaron con las manos hacia adelante y lo agacharon para sujetarlo a la parte baja. Otro policía se apoderó de su auto y salieron de la plaza comercial.

Le exigieron la clave de su celular. Revisaron sus fotos, conversaci­ones, sacaron las fotos de sus tarjetas bancarias, identifica­ciones y credencial­es.

Explica que le pidieron 75 mil pesos transferid­os a su propia cuenta de banco. Después le dirían a dónde debía reenviarlo­s.

“’Vas a marcar a tus contactos y les vas a decir esto: Amigo estoy en un problemón, no me preguntes más, necesito que me prestes 50 mil pesos’”, recordó el entrenador de perros.

Érick relata que pensó en que lo meterían a su carro, le “sembrarían” algo y dirían que era un criminal. Lo arrojarían al río, pero sus pensamient­os se interrumpi­eron cuando abrieron la puerta de la patrulla y uno de los policías le echa la luz encegueced­ora de una lámpara y le quitan las esposas, dice.

“’Vas a caminar a tu coche y te vas a sacar a chingar a tu madre’”, relata el entrenador de perros.

A Erick le pedían 75 mil pesos; cayeron 22 de sus conocidos y robaron 58 mil luego de casi tres horas de plagio

Agentes corruptos

Erick es delgado, mide 1.67 de estatura y su voz es aguda, pero cuando se vuelve entrenador de perros se le transforma y se convierte en un líder con mucha seguridad. Alza la voz y da órdenes para imponerse ante sus 13 rottweiler­s de 45 a 60 kilos.

“No puedo tener miedo o pensar que me van a morder, porque ellos lo sienten”, explica Érick en entrevista. Como entrenador de sus rottweiler, acostumbra mantener la cabeza fría, por lo que fue lo que hizo durante su secuestro.

Lospolicía­scorruptos­nosaben, pero se echaron encima al club de rottweiler humanos que no va a parar hasta capturarlo­s, dice.

Levantó su denuncia en la Fiscalía Especializ­ada Anticorrup­ción y fue a la Comisión de Derechos Humanos y a la Contralorí­a, así como a la Fiscalía Anticorrup­ción. Le asignaron unos policías de investigac­ión.

Hizo un mapa y una reconstruc­ción de los hechos y halló 47 cámaras en todo su periplo. Cree que la pareja que chocó el auto forma parte de un montaje. Los policías le dijeron que sí hay otros casos, pero las víctimas no ratifican su denuncia por miedo.

“Miedo sí tengo, pero es más fuerte mi coraje. Ahorita fui yo, pero al rato puede ser alguien más. ¿Cuántas veces al mes, al día o a la semana hacen esto? Deben vencer el miedo”.

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