Los intelectuales
Que México tiene intelectuales, sin duda, pero aminorados de su poder sobre las conciencias. Los cambios del país dejaron atrás el ruido que provocaba una sentencia contra el sistema político. Una pérdida que se niegan a aceptar escritores, historiadores, artistas o científicos: hoy son, en general, una minoría que late del lado contrario a la denominada Cuarta Transformación y su cabezal, Andrés Manuel López Obrador.
Medios de comunicación no son excepción en el juego de quién tiene la verdad sobre la información. Comunicadores anticonvencionales —vía redes sociales—, son defensores de la 4T y han aumentado su influencia sobre quienes dudan del estilo del actual sexenio. A favor o en contra la percepción de la verdad se da a la hora de evaluar a
Una guerra que ha servido para que el público tome su lugar: ya nadie calla lo que piensa
AMLO: arriba del 68 por ciento le cree y apoya las transformaciones e infraestructura que hace del país y sus intentos por la seguridad ciudadana. Información contra información. Opinión adversa versus opinión favorable. Una guerra que —fría o caliente—, ha servido para que el público tome su lugar: ya nadie calla lo que piensa.
¿Cómo llegamos a este punto sin retorno? México no era así: era de apariencias. Los pleitos, por debajo de la cama. Una sociedad hipócrita que poco a poco va transformándose a civil. AMLO apostó por la confrontación verbal. Guerra de palabras contra esa guerra silenciosa al estilo del PRI o PAN, de “mátalos en caliente”. Intelectuales y medios de comunicación —y sus líderes de opinión—, no lo ven así porque perdieron la batalla del votante. Porque lo que importa es un voto a favor o en contra. AMLO va ganando los rounds. El mundo intelectual, por más fiscales de la letra que pongan al frente, tienen menos poder que aquellos tiempos donde bastaba una llamada de atención pública por parte del adalid y las puertas del mandatario concedían los privilegios solicitados.
Lo bueno es que el que aprende a observar desde la barrera se hace una idea clara de los altibajos de los nuevos modos de hacer democracia. No es que AMLO y la 4T no tengan defectos: son peores los de sus opositores. La conciencia intelectual perdió por soberbia y dejó de lado a un pueblo harto de mentiras.
Aun desacreditados, la cruzada sigue. _