Javier Bátiz. El regional, una pasión desconocida
Ya viene Porque quiero, porque puedo y porque se me da la gana, con el que celebra sus 80 años
Caminando de la mano de su esposa, Claudia Madrid, el precursor del movimiento roquero tijuanense, Javier Bátiz, nos recibe con una sonrisa. Grandes anillos adornan sus dedos e incontables cruces cuelgan de su cuello. Su pelo, rizado y cano, le cubre la frente y parte de sus enigmáticos lentes de sol dorados que le han dado un estilo inconfundible.
Porque quiero, porque puedo y porque se me da la gana será un álbum especial en su extensa discografía, pues bajará la guitarra para darle voz a temas de algunos de los compositores mexicanos más destacados de la historia; José Alfredo Jiménez, Agustín Lara, Chucho Monge, Cuco Sánchez, entre otros. Un compilado con 14 canciones que buscan resumir 80 años de inspiración.
“Tijuana es la capital del rock and roll en México; ahí está el Hall of Fame y que el primer inducido sea yo”, comentó Bátiz sobre la posibilidad de desarrollar un espacio, muy al estilo del Rock & Roll Hall of Fame de Cleveland, EU. Aunque confirmó que ese es un proyecto que vive en su mente, su atención está puesta en celebrar 80 años de vida, y más de 60 de carrera, con la producción un disco homenaje a canciones marcaron su vida.
“Empecé desde muy niño cantando las canciones que grabé (en este disco). De niño quería ser Jorge Negrete o Pedro Infante, pero también quería ser soldado y policía —bromeó Bátiz en entrevista—. Toda mi vida he trabajado y grabado con mariachi, pero quería grabarlo con mi trabajo. Que no digan: ‘Bátiz sólo quiere grabar en inglés’, that’s not my fault, I’m always singing in english”.
Su inspiración siempre
Desde muy joven Bátiz se sintió inspirado por los grandes intérpretes del cine de oro mexicano. Aunque el rock and roll y el blues fueron fundamentales en su vida, confiesa que, escondido, le cantaba a las muchachas que pasaban frente a su casa en Tijuana: “Me aplaudían y me sentía Pedro Infante”, describe.
Así se desarrolló su larga e íntima relación con la música regional mexicana: “En el disco vienen muchas canciones de amor. ‘Mi cariñito’ de Pedro Infante, por ejemplo, me la cantaban de niño, mi amá y mi hermana Cristina. Es una compilación preciosa. He pasado una vida increíble y he tenido chance de cambiar del mariachi al blues, y del blues al mariachi, y está a todo dar porque voy a poder cantar así: una de mariachi, 10 de blues y luego otra de mariachi. No me ha costado nada”.
El álbum Porque quiero, porque puedo y porque se me da la gana tiene a la última semana de mayo como fecha estimada para su lanzamiento, que se dará en tres partes: siete canciones enfocadas en el ranchero, siete en la música norteña, y una tercera que reunirá todo. Temas como “La traidora”, “Besando la cruz”, “Fallaste corazón” y “Una página más” se unen a “Abrazado de un poste” y “En el último trago” (estas últimas ya disponibles en plataformas).
Esta adoración se puede reconocer en la forma que se expresa de sus amigos, nombres que serán familiares para más de uno y que también son parte de la formación artística y personal de El Brujo, como personalidades como Jim Morrison, Mick Jagger y Billy Preston.
“Parménides García Saldaña era un personaje increíble y me dio mucho gusto haber crecido
_ con él, con José Agustín, con Alejandro Jodorowsky, con Carlos Monsiváis. Gente que es muy famosa y que ha dado mucho a nuestra sociedad y a nuestra cultura”, dijo.