La Cuauhtemiña
Cuauhtémoc Blanco será candidato a diputado federal por Morena. Sí señor. ¿Por qué? Pues porque es el Cuauh. Nomás faltaba.
Escribí hace algunos años que el goleador, el ídolo de tantos, el de la cuauhtemiña no era gobernador por su simpatía, ni por su plan de gobierno, ni por su facilidad oratoria, ni su largo compromiso con alguna causa que no sea la propia… no. Lo fue por su historia en el campo de juego, por sus fotos (y videos). Fotos (y videos) de cuando estaba en el campo y algunas (pocas) fuera. Y si uno llega a gobernador por eso, ni modo de no seguir fotografiándose con quien lo pida y entonces, hasta con criminales.
Animal Político ha dado buena cuenta de sus resultados: Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), la entidad pasó de 783 víctimas de homicidio doloso en 2018 a mil 504 en 2023. Casi el doble. También las extorsiones crecieron, al pasar de 24 víctimas en 2018 a 249 que se reportaron en 2023. Además, se registraron 236 carpetas de investigación por este delito, la mayor cifra anual desde 2014. Según datos de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de la Seguridad Pública (Envipe), entre 2018 y 2023, la percepción de inseguridad en la entidad pasó de 86.3 a 87%, solo por debajo del Estado de México y Zacatecas.
Solo fue al diez por ciento de las mesas de seguridad, esas que, dice el Presidente, son las que importan para combatir la violencia y la inseguridad.
No creo que nadie tenga muchas dudas: Morelos está hecho un desastre porque su gobernador, pues era un futbolista, bueno, carismático, pero nada más.
No cabría en este espacio el recuento de barbaridades, desastres, colusiones, y demás cosas que se han vivido en estos cinco años en Morelos.
Pero creo que importa voltear a ver el fenómeno del Cuauh como ese en el que los partidos políticos optan por los likes y la fama y no… pues la política, la trayectoria, la propuesta.
En los últimos años cada vez hay más de esos. En tiempos de redes sociales, influencers, likes, qué mejor que alguien ya popular, no importa qué haga, qué sepa, quién sea.
Para Morelos, Blanco fue una experiencia terrible, pero él, él ha hecho una nueva Cuauhtemiña: diputación, impunidad, y algo de fama.
El Cuauh, siempre ganador. Eso sí, en lo individual.
El recuento de barbaridades en Morelos no cabría aquí