“Tengo miedo, pero voy a gobernar por Noé”

Sheyla Palacios compite por la alcaldía de El Mante, en Tamaulipas, llevando consigo la propaganda de su esposo, Noé Ramos, y los compromisos de campaña que planteó antes de ser apuñalado por un “asesino solitario” el pasado 19 de abril.

En esta región cañera, la coalición opositora Fuerza y Corazón por México participa de local, pues busca mantener la alcaldía, en una campaña que ahora se hace con escoltas armados, policías estatales… y miedo.

“Tenemos miedo, porque aún no se esclarece este asesinato”, dice la candidata que tomó literalmente la oficina de su esposo y el proyecto que construyeron desde hace unos ocho años.

“Ahora pasé a ser jefa de familia y la cabeza de la casa, y así es como la mayor parte de mi localidad estamos: las mujeres sacamos a los hijos adelante”, afirma.

Niñas, adolescentes y ancianas la han arropado y sumado a sus eventos, esquivando a los guardaespaldas para llevarle mensajes en cartulinas que reclaman por un asesinato político.

“El año pasado mi esposo —recuerda— había estado recibiendo amenazas. Él lo expuso al gobierno de Tamaulipas y ante las instancias correspondientes; le brindaron seguridad durante un tiempo y después se la retiraron, luego la volvió a solicitar y ya no se la otorgaron”.

Aunque el mismo día del atentado, el fiscal de Tamaulipas, Irving Barrios, presentó al autor material, un joven de 24 años con antecedentes penales por homicidio, la versión de las autoridades ministeriales, refiere, apunta a que el asesino solitario “se creía un justiciero de Dios”.

“Fue un asesinato, pero no sabemos qué pasó, y la historia que me dicen es que era una persona joven que se drogaba… lo que me causa más angustia o dudas es que Noé estaba con su seguridad (privada), ¿qué pasó?”, cuestiona Sheyla desde el búnker en que se convirtió su casa.

Ahora debe recorrer los ejidos con escoltas armados con chícharos en los oídos, mientras efectivos estatales vigilan cada evento que tiene y en su casa permanece un vehículo policial. Sin embargo, ya no hace caminatas por las calles, pues le prometió a su hija no exponerse.

“Al principio fue algo incómodo… pero ahorita lo están comprendiendo, hasta la misma gente les grita ‘cuídenla, cuídenla’”.

—¿Por qué quieren gobernar? —se le pregunta.

—Va por él, por nuestros niños y mujeres, que lo necesitan.

La candidatura de Sheyla tiene el aval del Instituto Electoral y se disputará la alcaldía con la morenista Patricia Chío, aunque es casi seguro que su nombre no aparezca en la boleta, pues faltan pocos días para la jornada.