Cuando vino a México
Especialistas destacan la obra literaria y el activismo durante la dictadura rumana de la ganadora del Premio Princesa de Asturias de las Letras 2024
Ana Blandiana (Rumania, 1942) encarna a la intelectual, activista y conciencia política y social por excelencia de Rumania, a tal grado que críticos literarios como Alex Ștefănescu han llamado a la flamante premio Princesa de Asturias en Letras 2024 “una inesperada Juana de Arco” en su país.
La poeta, narradora, ensayista y opositora a las dictaduras de Gheorghe Gheorghiu-Dej y de NicolaeCeaușescuespruebaviviente del renacimiento y vitalidad de las letras y cultura rumanas (con Norman Manea y Mircea Cărtărescu). “Antes de ser un nombre conocido, Ana Blandiana fue un nombre prohibido”, ha dicho la catedrática y traductora Viorica Pâtea.
De hecho, Ana Blandiana es el seudónimo con el que se comprometió a escribir Otilia Valeria Coman. “El lugar que ella ocupa en la cultura rumana es comparable al de Ana Ajmátova o de Václav Havel en la literatura rusa o checa. Encarna el arquetipo del escritor cuya obra y vida asumen el destino colectivo. Al igual que ellos, es un símbolo de una conciencia que no se deja doblegar por el poder totalitario”, afirma Pâtea en un ensayo.
La autora de libros como Las cuatro estaciones (1977) y Proyectos del pasado (1982), ambos traducidos al español por Viorica Pâtea, vino a México para la Feria del Libro de Guadalajara 2017. Participó un 28 de noviembre en el salón de la poesía con Mircea Cărtărescu, Olvido García Valdés, Myriam Moscona, y Briseida Cuevas, entre otros.
“Sus poemas, narrativa, ensayos, toda su obra, está marcada por una poderosa unión entre la ética y la estética, es importantísima dentro de la literatura europea. Sus poemas y cuentos tienen una calidad extraordinaria, a mí me fascinan sobre todo sus poemas de amor, como Variaciones sobre un tema dado Octubre, noviembre, diciembre”, dijo a MILENIO Ioana Gruia, escritora rumana y profesora de Teoría de la Literatura en la Universidad de Granada, España.
yCamino a la polis
Y nada sorprende en el compromiso con la libertad que ha tenido Blandiana en más de seis décadas de actividad literaria y política, que ostenta el récord —según cuenta Viorica Pâtea— de tres prohibiciones en dos dictaduras que la consideraron de entrada “hija de un enemigo del pueblo”, al ser su padre, un sacerdote ortodoxo, un preso político.
Desde Bucarest, la escritora agradeció el premio subrayando lo que considera que es el papel de los poetas:
“Me resulta difícil expresar mi emoción y gratitud por el gran honor que representa para mí la concesión del Premio Princesa de Asturias, sobre todo porque —como siempre cuando recibo un reconocimiento— no puedo evitar recordar el pensamiento de Platón que recomendaba la coronación de los poetas con laureles y su expulsión de la ciudad. Pero, ¿y si para mí la poesía es realmente un camino hacia la polis, una forma de quedarse, una forma de acompañar el sufrimiento de los demás? _ “Gracias por el eco que su prestigioso premio dará a mis ideas y mis poemas, y que lo amplificará en la conciencia de los lectores españoles de todo el mundo”.