Enuresis: 'pipí-de' ayuda
Situaciones de gran estrés son la principal causa de que los niños vuelvan a hacerse pipí en la cama; entender que es expresión emocional del menor es el primer paso para superarla.
El nacimiento de un hermanito, muerte de algún familiar, mudanza, hospitalización, entre otros son acontecimientos estresantes que pueden desencadenar enuresis secundaria, explicó la psicóloga clínica Francis del Real.
Se define este problema como la emisión reiterada de orina en la cama que se presenta al menos dos veces a la semana, durante tres meses consecutivos o más y que tiene efectos en los diferentes ámbitos de la vida del menor: social, familiar y escolar.
Es enuresis secundaria cuando el niño ya había logrado el control de sus esfínteres y de un momento a otro volvió liberar orina involuntariamente; suele presentarse entre los cinco y los catorce años.
Para tratarla, el primer paso es descartar que estas emisiones sean producidas por un problema fisiológico, es decir: el médico tendrá que determinar si existe o no un mal funcionamiento o inmadurez del aparato urinario.
Una vez descartadas disfunciones o enfermedades es momento de abordar el problema desde la psicología, donde se revisarán los antecedentes familiares
(si alguno de los padres también tuvo enuresis), la dinámica familiar, así como experiencias puntuales que estén impactando emocionalmente al menor, refirió la especialista.
Actuar a tiempo
Es de gran importancia entender que si tu hijo ya había logrado controlar sus esfínteres, el volver a 'hacerse pipí' es un retroceso en su desarrollo y por tanto, no es un problema menor: merece atención oportuna. Comentó que en consulta se suelen atender mayormente casos de enuresis en púberes y adolescentes, etapa en la que generalmente los padres buscan ayuda aunque el problema tenga años, por lo que se sospecha que la incidencia puede ser mayor.
"La curva estadística nos muestra que es muy raro que lleguen hasta la adolescencia con el problema, conforme avanza el niño va a lograr controlarlo", indicó, "pero en los años que lo dejan pasar pueden estar sucediendo cosas que los padres no saben a nivel emocional". El tratamiento para enuresis se basa en terapia cognitiva conductual, que comprende un plan de entrenamiento tanto para los menores como para sus papás.
Muy importante es tomar en cuenta que en esta situación los niños necesitan apoyo, paciencia y solidaridad; la recomendación es evitar regaños, burlas o apodos en el núcleo familiar que lejos de ayudar, hacen más grande el problema.
Otra indicación de la experta es habituar al menor a que beba agua durante el día y programar que vaya al baño cada dos horas, así aprenderá a identificar su propia necesidad de orinar.