Nuevas formas de amar

Alo largo de la historia, la monogamia y la exclusividad sexual han sido el modelo más presentado y normalizado para todo el mundo: películas, programas e historias presentan este concepto de pareja con el que se supone todos deberían soñar.

Robertha Medina, psicóloga y sexóloga, habló con MUNDO SANO GH para romper tabúes sobre las nuevas maneras de disfrutar el vínculo sexual y romántico.

“Las relaciones no monógamas siempre han existido, pero apenas se están permitiendo etiquetas de las que se puede hablar, y no con los nombres vergonzosos o pecaminosos que tenían en el pasado; la diferencia en los tiempos nos permite tener acuerdos de relación de pareja, entendernos y organizarnos socialmente, que es al final de cuentas lo que quiere la sociedad: organización”, afirmó la terapeuta.

Relaciones abiertas

Dentro de este esquema de relación, los involucrados pueden definir distintas formas de llevar a cabo una relación abierta: experimentando en lo erótico o en lo emocional, estableciendo reglas que se deben seguir tal y como se plantean para no romper con el acuerdo de lealtad.

“Quienes diversifican lo erótico pueden ser parejas casadas, que están bien y que están felices con su exclusividad emocional, pero les puede llamar la atención probar con otras parejas eróticamente; reconocen la curiosidad humana que siempre ha existido y quieren saber qué se siente con otros cuerpos.

“La forma ideal es conversar honestamente, establecer acuerdos que abran la relación y que digan lo que pueden hacer con esta apertura”, mencionó Robertha.

Tales acuerdos permiten a las relaciones abiertas dar la certeza de que existe una relación, recalcó, son personas que confían y protegen el vínculo emocional y la lealtad; un tema que se confunde mucho, pero que estas parejas tienen bien establecido.

“Muchos no hablan de lo que significa y lo que esperan como pareja, sólo aceptan el modelo establecido y se casan… piensan que

por estar en pareja hay una obligación de ser exclusivos… ahí está el reto; las parejas que establecen relaciones no monógamas hablan de sus curiosidades y es por ello por lo que tienen reglas muy claras”, puntualizó.

Un tipo de diversidad en el vínculo erótico es la práctica ‘swinger’, que consiste en un intercambio de pareja luego de un acuerdo entre los involucrados: es explorar juntos, sin necesidad de actuar a la espalda del otro; las reglas son bien habladas y se respetan aspectos como el consentimiento, siempre en compañía y que lo vivido en un espacio ‘swinger’ se quede como experiencia de pareja.

Poliamor

Hay quienes no ven las relaciones abiertas como algo exclusivo del erotismo y piensan que tienen más que ofrecer a más de una persona; están felices con lo que tienen con su pareja, pero extrañan algo más.

Los poliamorosos establecen relaciones afectivas con otros partícipes de la relación, que pueden o no ser eróticas; la condición es que deben estar enterados todos, es decir, debe ser un tema abierto y participativo.

“En las relaciones de poliamor no todos tienen relaciones entre ellos, pero sí todos saben que tienen una relación de este tipo, por ejemplo: el esposo sabe que su esposa tiene dos o tres novias o novios, que son relaciones afectivas y no necesariamente eróticas; estas relaciones tienen el mismo peso y la misma importancia. “Hay quienes lo hacen más complejo y establecen jerarquías, aunque otros no lo hacen así”, relató la experta, “a fin de cuentas, el poliamor es eso: múltiples relaciones afectivas con la posibilidad de ser eróticas, con el conocimiento y a veces participación de las demás personas implicadas”.

Afirmó que el reto del poliamor es que se comparte todo, el tema amoroso y recursos como tiempo y dinero, lo cual lo vuelve todavía más complejo que el saber que está con alguien más sólo por lo erótico.

Hay mucha discusión acerca de si la monogamia es natural o algo adoptado por normas sociales, indicó; sin embargo, hay que puntualizar que la monogamia no es para todos, y la no monogamia tampoco: deben tener bien claro cuál es la expectativa de la relación de pareja, así como la capacidad emocional y erótica personal.

Puede llegar a perderse el interés de compartir aspectos del día a día que nutren la convivencia entre ambos; interrupciones constantes a la hora de conversar, sentir que le hablas a la pared o terminar en una acalorada discusión son cosas a evitar. La buena noticia es que mientras escuchas a tu pareja platicarte cualquier suceso de la vida, puedes relajarte al estar en contacto con el hoy y ahora; “¿Cómo es eso?”, seguramente te preguntarás, ya que escuchar a tu pareja platicar, lejos de relajarte te estresa, aburre, inclusive te resulta molesto.

Te tengo la respuesta: es con la aplicación de una sencilla técnica durante la conversación, basada en atención plena (‘mindfulness’, en inglés).

Manos a la obra

El objetivo es aprender a prestar atención a la otra persona en vez de desconectar o interrumpir constantemente; no importa si la conversación gira en torno a la herencia de la abuela o a la deliciosa cena de la noche anterior.

Toda intención de comunicar es dar a conocer un mensaje; en este proceso, ambos pueden salir beneficiados, una vez que se muestren abiertos a escuchar y ser escuchados.

La técnica

Uno de ustedes será "A" y el otro "B":

A habla y B escucha durante un periodo establecido de tiempo (por ejemplo, tres minutos).

B responde con algo similar a "Entiendo que quieres decir que...". A responde dándole retroalimentación y B vuelve a explicar lo que entiende hasta que A está satisfecho.

A y B se intercambian los roles.

Al principio puede parecer extraño e incómodo, pero irá resultando más fácil con el paso del tiempo; cuando sientan que las circunstancias de la vida les abruman, en vez de aislarse, procuren espacios en los que puedan platicar con la técnica antes descrita.

La práctica constante hará que ambos se sientan comprometidos con el proceso y los beneficios de sentirse escuchados y validados saltarán a la vista, con una sensación de bienestar en la relación.