Sanar a través de la imaginación
Imaginar es un proceso creativo en el que damos total libertad a nuestra mente para generar los recursos necesarios que nos lleven a experimentar emociones tan intensas como la propia realidad, haciendo uso de distintas áreas sensoriales a través de la memoria de forma voluntaria o involuntaria. La imaginación puede llegar a ejercer tanto poder en nosotros que nos lleva a experimentar emociones negativas, pensamientos de angustia, desesperanza o incluso conseguir que el terror nos paralice si permitimos que vague sin un objetivo. De ahí la importancia de aprovechar este poderoso recurso, aprender y ejercitar la imaginación de forma consciente y de acuerdo con nuestros intereses; dentro de los beneficios podemos encontrar que al imaginar accedemos a un abanico de respuestas, desde las más lógicas hasta las más descabelladas.
Al imaginar cómo nos gustaría que una situación en particular se resolviera, estamos dando paso a que nuestra mente encuentre de forma creativa más de una acción que nos lleve a la solución; para mejorar tu salud mental accediendo a este recurso infinito, te dejo los siguientes ejercicios que podrán ayudarte a practicar tu imaginación.
Desconéctate de la tecnología
La acción principal para comenzar a imaginar a conciencia es darnos un descanso de cualquier dispositivo que esté bombardeando nuestra atención; aunado a esto, date la oportunidad de experimentar distintas situaciones ficticias -ya sea en tu trabajo, hogar o con tus amigos- en las que tengas que desempeñar un papel opuesto a la realidad.
Cualquier deseo se puede cumplir
Ante un hecho problemático, puedes imaginar que mágicamente encontraste la solución; posterior a esto pregúntate: ¿Cómo te sentirías si el problema desapareciera? ¿Cómo sabrías que tu problema se solucionó? ¿Qué harías diferente en tu vida sin el problema que te aqueja? Pensar en responder estas preguntas te ayudará a ver lo que te aqueja de forma positiva y con esperanza, ideal para encontrar más de una solución.
Orienta el ejercicio hacia el objetivo
Esfuérzate en ejercitar tu imaginación constantemente y concéntrala en lo que te haga sentir tranquilo, feliz y positivo; obliga a tu cerebro a abandonar cualquier ensueño que pueda desencadenar pensamientos negativos o de ira.
Contrario a lo que se puede pensar, el imaginar nos conecta con la realidad y nos ayuda a procesarla, dándole sentido y valor al mundo que nos rodea; de ahí el poder de la imaginación que se vuelve un recurso sanador, terapéutico y regenerador.