Perfeccionista en el amor
El juego, en vez de ser un placer, terminaba siendo una tortura tanto para el amiguito como para todos los que estaban a su alrededor; todo a causa del perfeccionismo, el cual tiene unas expectativas muy altas de lo que debe ser. Con la relación de pareja también puede aplicar el caso anterior: empeñarse en conseguir objetivos que rayan en lo irracional, con objetivos imposibles; veamos un par de casos.
Exigir que sea a su manera: la forma en que se comporta su pareja no le satisface, continuamente le corrige su forma de ser y pensar por lo tanto, para el perfeccionista, su amor no es de su total agrado. Frustración por no obedecer: cuando no se cumplen los parámetros que el perfeccionista impone, el conflicto tiene presencia; eso también aplica para los encuentros románticos, con expectativas poco realistas de lo que se puede lograr (incluye poses, frecuencia, ritmo, etcétera).
Todo esto se puede convertir en una tortura (como cuando se jugaba con esos amiguitos) pero la gran diferencia es que ahora es con tu pareja, y tienes que entrarle al juego poco divertido todos los días.
La reina y el rey piden
“Quiero que te comportes más femenina y sofisticada”; el miembro de la pareja perfeccionista sufre, ya que mide su valía personal en términos de sus resultados y éxitos de persuasión.
Por lo tanto, lo propio es buscar ayuda con un profesional de la salud mental: la terapia individual y de pareja pueden ayudarles a tener una convivencia diaria funcional.
La pareja aprenderá a adoptar formas sanas de manejar sus expectativas para bien de ambos, con los pies sobre la tierra y disfrutando cada paso; será todo un reto, pero los logros valdrán la alegría del
camino que recorrerán para alcanzar los objetivos concretos a prueba y error, sobre todo con compromiso y dedicación, sin exigir que todo sea perfecto.
Esto se logra -en gran parte- al reconciliarte con ese “amiguito” al que todos sacaban la vuelta y que habita dentro de ti, en búsqueda de aprobación; te deseo mucho éxito en este valioso viaje que emprenderás.