Los que se chupan el dedo
Un mal hábito en algunos niños es la succión, principalmente del dedo pulgar, haciendo que la parte digital esté en contacto constante con el paladar.
Por medio de la succión, que crea un vacío en ese lugar, se genera tanta fuerza que puede llegar a deformar el paladar ocasionando un paladar profundo, dientes separados y una mala mordida; en el recién nacido es común que se presente este hábito, lo que garantiza la supervivencia.
Esto porque le da la oportunidad al niño de nutrirse, tener una sensación de bienestar y también le brinda seguridad, como un intercambio con el mundo exterior.
La succión del dedo es una respuesta innata ante un estímulo en la región oral; este reflejo es normal hasta los tres años, cuando aparecen los primeros dientes de leche: así comienza la masticación y desaparece la necesidad de la succión.
Este hábito puede traer consecuencias, como mordida abierta anterior y un desplazamiento posterior de la mandíbula, esto también porque la fuerza que pudiera llegar a hacer la mano y el brazo.
Corrige a tiempo
Algunos expertos consideran que la lactancia por medio de biberón es un posible causante del hábito de succión de dedo, ya que al ser breve, el niño no alcanza el cansancio y no agota su instinto natural de succión. Las consecuencias de este hábito se originan por la posición baja de la lengua, que deja de ejercer presión sobre el paladar; la presión pasiva del dedo sobre las arcadas dentarias, así como la fuerza que hace el dedo contra el paladar.
Corregir el hábito es una tarea que requiere de mucha paciencia por parte de los padres y el especialista; también es importante señalar que no se ayuda al niño a base de palabras fuertes, castigos o regaños: se puede eliminar el problema mediante reforzamiento positivo de la conducta.
Existen aparatos que eliminan la posibilidad del contacto del pulgar con el paladar, de manera que el niño elimina el hábito al no tener el placer deseado -siempre explicándole al niño la función del aparato que lleva y que tome conciencia de su condición-, para después solucionar el problema que haya causado esa mala costumbre.
Con la colaboración de: Juventino Alberto Favela Campa
Cirujano dentista con maestría en Odontopediatría por la UANL.
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