Agresividad pasiva en la pareja
Esta forma de agresión es llamada así ya que es indirecta y no existe una confrontación como tal; ¿te identificas con esto?
Suele ser común escuchar en consulta que una de las partes menciona: "Es que yo no agredo ni física, ni verbalmente. No entiendo por qué tanto drama"; por tal motivo, la comunicación se ve afectada y por ende, la calidad de la relación.
El hecho es que la agresividad pasiva tiene lugar cuando se da de forma encubierta, con el objetivo es manipular al otro miembro de la pareja; aquí describo un par de situaciones donde la agresividad pasiva tiene lugar.
La ley del hielo
Quien es agresivo pasivo finge que no escucha a su compañero cuando están interactuando y cuando lo hace, responde con monosílabos ("Sí", "No"); niega que haya algún problema o que está molesto, no contesta las llamadas ni los mensajes -dejándolos en visto-, y responde cuando ha pasado mucho tiempo.
Dar donde más duele
¿Cine o bar? Un miembro de la pareja deseaba ir a tomar un trago, pero como no consiguió lo que quería, entonces se vengará: acepta ver la película "alegremente" pero se propone arruinar el momento, llega tarde a la función, se queja por todo, etcétera; el objetivo es, indirectamente, hacer pagar al otro el no complacerle.
Silencioso y astuto
La forma de proceder de un pasivo agresivo es altamente nociva para la relación: las personas que hacen uso de este tipo de estrategias en la vida diaria actúan desde una actitud infantil, que evita asumir responsabilidades y confrontaciones.
Ahora que hemos identificado las señales de alerta, te voy a compartir el método para enfrentar a un individuo que exhibe este tipo de comportamientos.
Establecer límites
Una vez que se detecta la agresividad pasiva, intenta comprender las pocas habilidades de comunicación que tiene la contraparte y de esta manera empática y adulta, estás en posición de buscar soluciones.
Preguntar directamente
"¿Qué de lo sucedido te molesta?"; "¿Hay algo que podamos hacer al respecto?" Las preguntas son realizadas sin atacar a tu pareja por su forma de actuar, por el contrario: escucha sus respuestas para validar su sentir y emociones; eso hará que baje la guardia y esté en posición de reconocer que juntos pueden darle un enfoque más productivo a la situación.
Relajar el ambiente
Después de una confrontación amorosa y empática, con humor y creatividad cambien de sintonía: puede funcionar desde una invitación a salir al parque y respirar un poco de aire fresco, o tomar un té; habrá quienes con un chistorete o hacer caras graciosas pueden alegrarse el día.
La agresividad pasiva puede adoptar formas sutiles como las que revisamos, por lo tanto, no se detecta con facilidad; al final del día, el fin es provocar un daño a tu pareja: la agresión siempre genera más agresión. Espero que el método que analizamos te sea de utilidad; en caso de que la agresividad sea recurrente en su relación, soliciten ayuda a un profesional de la salud mental