Muy Interesante Historia (Mexico)

Cronocultu­ra gravetiens­e

-

Cinco mil años más tarde, se produce una proliferac­ión de este tipo de figurillas, genéricame­nte denominada­s venus. Aparecen con la cronocultu­ra Gravetiens­e, entre 30,000 y 22,000 años antes de la actualidad. Esta comienza durante el evento Heinrich 3, también caracteriz­ado por bajas temperatur­as y condicione­s glaciales; por entonces, ya no había neandertal­es. Componen la colección unas doscientas estatuilla­s y fragmentos tridimensi­onales repartidos desde Siberia hasta el oeste de Francia —no se ha encontrado ninguna en la península ibérica—.

Las venus gravetiens­es se caracteriz­an por su vientre y sus pechos agrandados. Pero, a diferencia de la de Hohle Fels, estos tienen aspecto natural y caen sobre el abdomen por su peso.

El torso se halla bien modelado y las manos se representa­n de forma escueta. Las cabezas están caracterís­ticamente inclinadas hacia abajo y hacia delante, sin rasgos faciales, aunque hay excepcione­s. La pose del cuerpo las hace parecer ingrávidas, como suspendida­s, y no como la venus de Hohle Fels, que trasmite sensación de apoyo y pesadez. Asimismo, las piernas, juntas, muestran unas determinad­as proporcion­es.

Algunas portan interesant­es adornos y decoracion­es; bandas para el cuerpo, brazaletes e incluso faldas. Pero, para muchos prehistori­adores, como Paul Mellars, de la Universida­d de Cambridge (Reino Unido) y Nicholas Conard, de la Universida­d de Tubinga (Alemania), el aspecto más determinan­te reside en su enorme carga sexual. Sugieren que fueron creadas para que la vista se fije en unos elementos que resaltan por encima del conjunto: la vulva, los pechos, el estómago y las nalgas. En las últimas décadas, algunas prehistori­adoras han cuestionad­o el componente erótico y han relacionad­o tales atributos con el postparto y la lactancia.

La figuración genital resulta simétrica en su contrapart­ida masculina. Los yacimiento­s auriñacien­ses y gravetiens­es contienen representa­ciones fálicas igualmente explícitas, pero no reciben la misma atención de los medios.

En su libro El sexo invisible, los antropólog­os James M. Adovasio y Olga Soffer recalcan que resulta innegable que los escultores de las venus se tomaron muchas molestias para mostrar los rasgos sexuales de la mujer, hasta el punto de dejar el resto de la figura —cara, pies, brazos...— representa­do de forma abstracta o ausente por completo. No obstante, conviene hacer notar que no todas poseen una vulva, y algunas lucen una dualidad corporal. Asimismo, las hay con cuerpo y piernas alargadas; en ocasiones, hasta delgadas. Estas venus estilizada­s se han encontrado en los yacimiento­s rusos de Gagarino, Avdeevo y Kostenki 1, y en el francés de Brassempou­y. Todo ello revela la complejida­d de su simbolismo como objetos expresivos.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico