Muy Interesante Junior (México)
El destrabalenguario
HANS CHRISTIAN ANDERSEN EL PAPA DEL PATITO FEO
En todos los años que llevo escribiendo esta colaboración/columna para mi querida Muy Interesante Junior, la verdad es que no puedo recordar si les nombré en alguna ocasión al admirado Hans Christian Andersen, de quien seguramente muchos de ustedes conocen y han disfrutado su obra. Y es que en vida este sensible y grandioso escritor danés creó gran cantidad de cuentos que por su belleza e imaginación merecen encontrarse entre lo mejor, realmente, de la literatura universal. Todos sabemos las historias de El patito feo,
Pulgarcito y La sirenita, entre muchas otras, salidas de la inventiva de Andersen, quien como le ha sucedido a muchos otros talentosos de la historia, se las vio negras cuando era un niño debido a la pobreza, ante la que supo luchar para irse colocando poco a poco como un personaje notable. De hecho, cuando su padre murió (un zapatero quien junto con su esposa lavandera llenaron de amor al pequeño Hans) el pequeño Andersen se vio en la triste necesidad de abandonar la escuela para ponerse a trabajar y ayudar en la manutención del hogar, pero ello no le quitó ni tantito el gusto por la literatura, pues en medio de sus trajines siempre se las arreglaba para continuar leyendo las cosas que le emocionaban y que años más tarde le servirían para crear sus propias memorables historias. Shakespeare era uno de sus autores favoritos, por ejemplo. Al buen Hans Christian Andersen debemos historias tan bellas como La pequeña cerillera, que el autor dedicó a su madre, porque para escribirla se basó en la pobreza de aquellos primeros años infantiles, y una pieza de enorme inteligencia y agudo sentido crítico –no exento de humor– llamada El traje nuevo del
emperador, que trata sobre un rey que se preocupaba muchísimo por las prendas que se ponía y a quien un día un par de sastres tramposos le hacen creer que pueden fabricarle el mejor ajuar del mundo, mismo que es “invisible” para los tontos. A lo largo del cuento todos ÀQJHQ YHU HO QXHYR WUDMH GHO
emperador (a nadie le gusta pasar por tonto) hasta que un niño, mirando al rey, le dice con toda honestidad: “va desnudo”, haciendo que toda la sociedad y el monarca mismo asuman la verdad. Deberías leerlo.
Por cierto, y tú ¿cuántos libros has devorado hasta ahora? Aí t el mes que viene.