Muy Interesante Junior (México)
Cielo despejado con probabilidades de... ¿extinción?
Las nubes también ayudan a regular la temperatura del planeta en muchas otras maneras. Por un lado, forman una manta protectora que permite retener el calor de la Tierra. A la vez ayudan a extender la energía del Sol de manera uniforme en todo el planeta, pues las tormentas llevan energía de las zonas cálidas a las zonas frías.
Normalmente el agua evaporada por el calor del Sol se condensa en las nubes. Sin ellas, todo el vapor de agua se quedaría atrapado en el aire, creando una humedad del 100%. ¡Sería peor que vivir dentro de un baño sauna!
Las nubes forman parte del ciclo del agua. Sin ellas no habría hielo, nieve ni lluvia. Nuestros depósitos de agua potable se acabarían rápidamente, habría una sequía catastrófica y la vida en la Tierra desaparecería tal y como la conocemos.
Además de darnos agua, las nubes reflejan aproximadamente el 20% de la luz que llega del Sol, enviándola de nuevo al espacio. Esto se conoce como el efecto albedo. También absorben alrededor del 3% de la luz solar. Una Tierra sin nubes tendría temperaturas tan elevadas, que en cuestión de días se volvería inhabitable.
La forma de las nubes nos permite predecir las condiciones del clima. Aquí tienes un ejemplo: las nubes de gran desarrollo vertical (o sea, muy altas) y de color oscuro, llamadas Cumulonimbus, anuncian vientos fuertes y gran probabilidad de lluvia. Durante siglos los agricultores y marineros han “leído” el lenguaje de las nubes para tomar decisiones que les ayuden. ¡Las nubes son increíbles!