EXTREMIDAD FANTASMA

Casi el 80% de las personas a quienes les amputan una extremidad sienten dolor o comezón como si aún la tuvieran (digamos, el pie izquierdo). Tal vez los nervios de la zona amputada crean nuevas conexiones hacia la médula espinal y siguen mandando mensajes, o quizá el cerebro está “programado” para asumir que siguen intactos.

¿Quieres ponerlo a prueba? No, no corras por un serrucho, sino por dos voluntarios –uno de ellos más o menos de tu edad–, una toalla y dos pinceles.

1. Siéntate, pon tu antebrazo derecho sobre una mesa con la mano extendida, y el izquierdo a un lado y abajo.

2. Pide a quien es de tu edad que se siente detrás de ti y ponga su antebrazo y mano izquierdos en la mesa como si fueran los tuyos.

3. El tercer voluntario, sentado frente a ustedes, debe cubrirte con la toalla los hombros hasta casi sus muñecas (la tuya y la del voluntario de atrás) y con los pinceles recorrer al mismo tiempo (y después alternando) las dos manos hasta los dedos varias veces mientras lo miras hacerlo.

4. Presta atención. ¿Notas que sientes el pincel en tu mano izquierda? Sólo recuerda que la tuya no está en la mesa. ¡Wow!