ARRECIFES DE CORAL ARTIFICIALES

Jason pasó su infancia y juventud en Malasia, Tailandia e Indonesia, lo que forjó en él una estrecha relación con el océano. Al colocar las esculturas, éstas con el tiempo se convierten en arrecifes artificiales y hábitats para especies marinas. Además ayudan a administrar a los turistas, alejándolos de áreas frágiles.

Cada pieza acuática está inspirada en habitantes del lugar, entre ellos un pescador de 80 años y una niña de nueve, lo que anima a la comunidad a participar. Para los materiales de sus esculturas, expertos le ayudan a conocer los materiales adecuados para la conservación marina.

“Los artistas tienen una obligación moral y su trabajo debe advertir a las personas sobre el daño ambiental”, opina el escultor.