Muy Interesante Junior (México)
Y ENTONCES, ¿QUÉ SON?
Los quokkas (Setonix brachyurus) son… marsupiales macrópodos. Pertenecen a la misma familia que los canguros y los wallaby, pero son más pequeños que ellos. Miden 40-50 cm de largo más una cola casi desnuda de 20 a 30 cm, y pesan entre 2.5 y 5 kg, algo así como el tamaño de tu gato – en comparación, los machos son un poco más grandes que las hembras–.
Sus patas traseras son fuertes y musculosas; sus orejas, pequeñas y redonditas; sus ojos y nariz son negros, y su pelaje es café grisáceo o café rojizo un poco más claro en el vientre.
Durante el día estos animales herbívoros nocturnos
duermen en arbustos sombreados y con espinas que les sirven de protección.
Los quokkas suelen sentarse en las patas traseras mientras sostienen su comida con las delanteras y miran alrededor.
Su manera de caminar (locomoción) es una mezcla de paso alegre y saltitos, pero también trepan árboles pequeños y arbustos si se les antoja una deliciosa hoja.
Son curiosos y en particular los que viven en islas se han acostumbrado a ver humanos; no es raro que, como los mapaches, se metan en una casa o una tienda de campaña en busca de un tentempié nocturno, o deambulen entre los comensales de restaurantes y cafés. Pero darles comida o bebidas de nosotros es muy dañino para ellos; su organismo no está adaptado a lo que tú comes, así que nunca lo hagas.
Además, los marsupiales en general tienden a sufrir una enfermedad que afecta el hueso y cartílago de sus mandíbulas y puede provocarles desde dolor intenso hasta la muerte. La causa puede ser algo tan inofensivo como, por ejemplo, un pedacito de pan que se les quedó atorado entre los dientes y las encías.
Aunque los quokkas son muy amigables, no son animales domésticos y pueden asustarse y arañar o morder. Para protegerlos, está prohibido tocarlos y alimentarlos, pero si uno se acerca a ti, puedes permitirlo siempre que no intentes acariciarlo. En estado silvestre,
viven alrededor de 10 años.