¡LAS CRÍAS!

Cuando a una hembra le parece interesante la propuesta de un macho para tener una cría, se lo hace saber espulgándolo. Si no lo acicala, significa que fue rechazado y él se va en busca de otra hembra que lo acepte.

Mamá y papá quokkas no se distinguen por su fidelidad; aunque papá defiende a mamá hasta que da a luz, no permanece con ella para criar al pequeño.

Entre febrero y abril, tras 27 días de gestación, mamá da a luz una cría que nace en un estado temprano e incompleto de gestación: es del tamaño de un frijolito, carece de pelo, es ciega y tiene desarrolladas las patas delanteras pero no las traseras.

La cría se arrastra por el pelaje de mamá, del que se sostiene con sus garras delanteras, hasta meterse en su marsupio, una bolsa en el vientre de ella donde se prende a una tetilla para alimentarse y completar su gestación. Es como pasar por un embarazo externo. Y checa esto: en cuanto la cría nace, mamá vuelve a aparearse y mantiene al nuevo embrión en una especie de pausa; si la cría en su marsupio muere, la que está en pausa continúa con su gestación, nace y se mete en la bolsa de mamá.

Cuando es lo bastante grande para dejar el marsupio, entre los seis y siete meses, la cría comienza a explorar pero depende de la leche materna durante 12 a 16 semanas más. Es destetada entre los 10 y 12 meses, cuando deja de depender de mamá, y por ahí de los 18 se independiza para establecer su propio territorio.