Sabías que...
Aclara que aunque en materia de criminalística nuestro país es un referente internacional, no ocurre lo mismo en criminología, la ciencia que estudia el delito, al delincuente y el posible modo de readaptación, la parte subjetiva del crimen. “En México estamos muy mal en este tema, falta avance, crecimiento. No hay lugares para hacer una correcta readaptación social, en comparación con otros países como Suiza, Holanda, Francia, donde hay una readaptación real. Ni Estados Unidos lo tiene. No hay programas eficaces.”
El caso Brothers
El 6 de julio de 2003, la noticia sobre el asesinato de dos mujeres y tres niños, uno de tan sólo seis meses de edad, en su casa en Bakersfield, California, conmocionó a Estados Unidos. Las primeras hipótesis señalaban a un posible asesino en serie, pero la ausencia de Vincent Brothers, esposo de una de las víctimas –la otra víctima era su suegra–, y padre de los menores, centró sobre él las sospechas.
Demostrar que él había asesinado a su familia no sería sencillo: en el momento de la matanza Brothers estaba de visita con sus familiares en Ohio, a más de 3,700 kilómetros de distancia. No obstante la policía había encontrado antecedentes de violencia doméstica y, tras varias entrevistas con conocidos, se supo que el matrimonio pasaba por momentos difíciles. En 2004 la fiscalía decidió acusarlo. De acuerdo con su hipótesis, el hombre habría volado hasta Ohio para luego regresar a Bakersfield en un auto rentado, asesinar a su familia durante el fin de semana y regresar la noche del lunes.
Brothers lo negó todo. Recibos de compras realizadas con su tarjeta de crédito, llamadas desde su celular y el testimonio de sus hermanos corroboraron que no había salido de Ohio. Sólo que algo no encajaba: el auto rentado que usó durante esos días acumuló el kilometraje que se necesitaría para ir y volver de California. Aunque se trataba de una pista fuerte, no era prueba suficiente para acusarlo; tendrían que demostrar que Vincent Brothers había viajado al oeste, lo cual sin testigos era casi imposible. Pero la fiscalía los tenía; para ser exactos, contaba con un radiador de coche repleto de ellos.
Durante el trayecto, el vehículo había reunido una gran cantidad de insectos, y la encargada de ‘tomarles declaración’ fue Lynn Kimsey, entomóloga de la Universidad de California en Davis y directora del Museo de Entomología Bohart. Sus más de 30 años de experiencia le permitieron identificar los patrones de distribución geográfica de cada uno de los bichos hallados en el auto que Brothers había conducido durante el fatídico fin de semana.
La presencia de saltamontes del género Xanthippus corallipes –los cuales habitan sólo en el oeste de Estados Unidos– y de especímenes de la avispa dorada de papel Polistes aurifer –muy abundante en el centro de California y el norte de México–, además de algunos tipos de chinches originarias de Texas, California y Utah, definieron el caso: ante la evidencia, la familia de Vincent aceptó que no lo habían visto. Él les había prestado su teléfono y tarjetas para sembrar un rastro. A pesar de todo, el parricida se negó a declararse culpable y apeló; pero gracias al uso de técnicas de entomología forense, pudo ser enjuiciado y sentenciado. Al morir, el cuerpo se enfría a razón de 1 °C por hora hasta igualarse con el ambiente. Una temperatura inferior a 20 °C es un signo inequívoco de muerte.