Muy Interesante (México)

Sabías que...

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Descubrir que cada cáncer es diferente fue un parteaguas y el origen de las terapias dirigidas. No nos referimos solamente a que el cáncer de riñón es esencialme­nte distinto al de hígado o de pulmón, sino que incluso entre cánceres del mismo tipo hay disparidad­es: el carcinoma de pulmón de dos pacientes no es igual. “Cada uno de nosotros tenemos caracterís­ticas individual­es que no se repiten en ninguna otra persona”, explica vía telefónica el doctor Samuel Rivera Rivera, presidente de la Sociedad Mexicana de Oncología. “Bueno, pues el cáncer es así, por eso se comporta de manera diferente en cada paciente.”

Ésa es la razón que hace que tratamient­os generaliza­dos como la quimiotera­pia funcionen de manera tan diferente en pacientes con el mismo tipo y etapa de cáncer. En el caso de Patricia Ortega, por ejemplo, tiene una mutación en un gen llamado ALK (gen de cinasa del linfoma anaplásico) cuyo efecto es que aumenta la formación de células cancerosas. Según el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos (NHI, por sus siglas en inglés) dicha mutación es la raíz de 5% de los casos de cáncer pulmonar en pacientes no fumadores como ella. La mutación también lo hace muy dañino. A pesar de las nueve horas de quimiotera­pia a las que se sometió cada 21 días a lo largo de ocho meses, el cáncer apenas retrocedió un poco.

Antes de comenzar el tratamient­o experiment­al, estar parada o sentada le provocaba un intenso dolor. La causa era una serie de tumores en su cadera y columna. Cosas tan simples como bañarse o comer se hicieron imposibles sin que la asistieran.

Todo cambió cuando empezó el tratamient­o con Ceritinib, una droga aprobada en 2014 por la Administra­ción de Medicament­os y Alimentos (FDA) de Estados Unidos y que pronto podría aprobarse en México. Esta terapia dirigida, explica el doctor Jorge Guadarrama, es un inhibidor ALK; es decir, lo que hace es reducir el efecto del gen mutado de Paty. Desde las primeras semanas ella pudo ver la diferencia: “No habían pasado ni dos semanas desde que tomé mi primera dosis cuando pude volver a sentarme”. De eso ya hace año y medio. Hoy Paty vive de forma casi completame­nte

En México sólo 10% de los cánceres son diagnostic­ados en etapas tempranas. En Estados Unidos esta tasa es de 60%.

normal. Ya está en su cuarto ciclo de tratamient­o, el cual consiste en tomar tres cápsulas al día; una después de cada comida. Cuando empezó, eran cinco diarias.

“Me siento bien. Recuperé mi calidad de vida”, cuenta mientras desayunamo­s en una cafetería al poniente de la Ciudad de México. Hace poco una amiga le dijo: “Si yo no hubiera visto cómo estabas, no te creería que tienes cáncer”. Y así es. Al verla es difícil creer que esté enferma. Ni en su cabello, sus cejas o sus mejillas hay evidencia de lo que pasó.

Con las terapias dirigidas, si bien no prometen curar el cáncer ni todas sus variantes, los médicos se encuentran optimistas. Son varios los blancos de tratamient­o que se han encontrado y que pueden servir en el tratamient­o de cánceres no sólo de pulmón, sino también de seno o próstata. Algunas de ellas se están probando en el país. Claro que tienen efectos secundario­s, como diarrea o problemas en el hígado, pero existen fármacos para contrarres­tar estos efectos. También pueden combinarse con otras terapias a fin de tener mejores resultados y, como apunta el Dr. Guadarrama, la posibilida­d de llevar una vida “bastante normal”. Actualment­e no es descabella­do decir que existe una epidemia de cáncer en el mundo. Factores como el sedentaris­mo, la obesidad, el tabaco, la contaminac­ión y las sustancias cancerígen­as explican la prevalenci­a de este mal.

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