Monstruos
La productora británica Hammer Films se encargó de mantener vivo el género del horror desde mediados de los años 50, hasta los 70, con una nueva generación de monstruos: más sangrientos que los de la Universal, pero más sensuales.
Si acusamos a los monstruos de la Universal de ser adaptaciones libres de las fuentes literarias, los de la Hammer sí que toman su propio camino y emprenden un elevado vuelo. Sus películas poco tienen que ver con las novelas, por lo menos Drácula y Frankenstein.
El enfoque de la Hammer es más adulto (pero no por ello menos divertido) y siniestro. Si en los filmes de la Universal los actos violentos eran velados, con la Hammer la violencia es gráfica, hay muchas más escenas gore y un erotismo desbordante.
El color fue también sello distintivo; las intensas paletas transmiten una atractiva sensación de ansiedad y claustrofobia. Por supuesto, imposible dejar de ver la pantalla al aparecer la rojísima sangre. La estética gótica de los filmes de bajo presupuesto contribuyó a que fueran éxitos de taquilla y a que con el tiempo se volvieran objetos de culto, muy preciados entre los cinéfilos y coleccionistas.
Los duros comienzos
Hammer Productions Ltd. fue fundada en 1934 por el comediante y empresario William Hinds; el nombre de la compañía lo tomó de su nombre artístico Will Hammer. Se asoció con el emigrante español Enrique Carreras y fundaron Exclusive Films, una compañía distribuidora de filmes. Después de varios títulos como The Bank Messenger Mystery (1936) y The Mystery of the Mary Celeste (1935), con el mismísimo Bela Lugosi, la Segunda Guerra Mundial llevó a la Hammer a la quiebra en 1937. Pero Exclusive Films pudo sobrevivir distribuyendo cintas de otras productoras.
En 1946 James Carreras y Anthony Hinds (hijos de los fundadores originales) resucitaron a la compañía como Hammer Film Productions y obtuvieron mediano éxito con las adaptaciones de seriales de radio de detectives y espías. La asociación con el productor estadounidense Robert Lippert les permitió exportar los filmes a Estados Unidos y también a que estrellas de este país fueran los protagonistas. Muchas de esas películas eran de corte detectivesco y sobresale The Last Page (1952), primera colaboración de Hammer con el director Terence Fisher, quien sería crucial en los años del horror.
A mediados de los años 50 la Hammer siguió la tendencia de la ciencia ficción y The Quatermass Xperiment, un filme adaptación de una serie de televisión, cambiaría el rumbo de los estudios. Un científico, el profesor Quatermass, envía una nave al espacio con tres astronautas, pero sólo uno regresa vivo y muy enfermo. Poco después, el sobreviviente sufre una metamorfosis alienígena cobrando varias víctimas en el proceso. La cinta con tintes de horror obtuvo muy buenos números de taquilla y dejó huella en el público; los dueños de Hammer vieron que el horror podía ser muy rentable y en 1957 retornaría a los viejos íconos.
Dr. Frankenstein, supongo
Hammer inauguró su reinado de terror con The Curse of Frankenstein (1957). El director Terence Fisher aprovechó que el filme sería en Eastman Color, e insistió en que si la sangre es roja, ésta así debía verse. Era mostrada en pantalla un poco más tiempo del acostumbrado, lo que no cayó muy bien a las buenas conciencias, pero fascinó al resto del público y el filme fue un éxito.
Victor Frankenstein (Peter Cushing) es el científico malvado detrás del monstruo (Christopher Lee); no lo repudia como en la novela original, sino que lo utiliza para propósitos tan mundanos como deshacerse de la amante que estorba la futura boda.
Hammer realizó seis filmes más con el monstruo: The Revenge of Frankenstein