Universos paralelos José Gordon
Nos hemos arrepentido por no haber tomado otro camino? En el poema El camino no elegido, Robert Frost plantea el dilema que en un bosque amarillo tiene un viajero al llegar a una bifurcación. Cuando elige una ruta lo invade la nostalgia de no haber tomado la otra.
En el maravilloso relato El jardín de senderos que se bifurcan, Jorge Luis Borges resuelve este problema mediante un narrador que confronta cada disyuntiva de una manera sorprendente: en vez de elegir entre una y otra, toma ambas simultáneamente. De esta manera, en las diferentes bifurcaciones se crean varias copias de sí mismo. Así, se generan universos paralelos. Algo similar ocurre en el mundo subatómico de la física cuántica: contra toda lógica, cuando un electrón atraviesa dos rendijas pasa por ambas al mismo tiempo. Seth Lloyd, profesor de física en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), dice que esto es como tirar un penalti y ver que el balón se va simultáneamente por ambos lados de la portería.
Estos efectos se están tratando de utilizar para hacer programaciones mediante computación cuántica, donde en vez de manejar ceros o unos (bits), se están usando ceros y unos (cubits). La promesa: una revolución en la informática que tendría la capacidad de utilizar millones de cálculos simultáneamente. El problema es cómo mantener a los átomos y electrones funcionando como en el jardín de senderos que se bifurcan. Seth Lloyd dice con humor que, si se les ‘consiente’ de manera correcta, procesarán datos en una forma sinfónica en la que todas las voces se expresan simultáneamente. Sin embargo, las cosas se complican cuando se atraviesa un fenómeno llamado decoherencia. ¿Cómo hacer para no interferir en este delicado flujo? Seth Lloyd responde:
—Una forma de ver la computación cuántica es como secuencias de estados lógicos por los que pasa una computadora. En una computadora clásica tenemos una sola secuencia de estados. En una computadora cuántica tenemos una especie de canto gregoriano; las secuencias pasan por los distintos senderos y posibilidades simultáneamente.
Sinfonía cuántica
Seth Lloyd plantea una analogía musical de estos procesos:
—Hay ondas que corresponden a estos diferentes senderos. Estas ondas interfieren unas con otras. Así, esto es como una secuencia de cuerdas más parecida a una sinfonía en vez de una sola voz cantando. Pero como dijiste, hay un problema. Esto tiene un enorme potencial, pero en mecánica cuántica si un electrón está aquí y allá al mismo tiempo y alguien llega y busca para ver si el electrón está aquí o allá, cuando sabes dónde está el electrón, la naturaleza ondulada de la interferencia de sus ondas desaparece. Las ondas se vuelven incoherentes o decoherentes en vez de entrelazarse coherentemente. De ahí el nombre decoherencia.
El investigador subraya las implicaciones de estos fenómenos:
—Esto es malo para la computación cuántica porque lo que queremos es empoderar la naturaleza sinfónica de los átomos para que todos interfieran juntos alegremente, como en la Oda a