Numen de la pantalla
Además de infinidad de versiones impresas (para niños y jóvenes, ilustradas o en cómic), Simbad el Marino ha inspirado películas con actores y de animación, así como series televisivas. Entre las cintas más recientes destaca Simbad, el quinto viaje (2014), dirigida y protagonizada por el estadounidense de origen persa Shahin Sean Solimon. Aquí, el héroe emprende la aventura de rescatar a la hija de un sultán que ha sido secuestrada por un malvado brujo y llevada por éste a un lejano desierto. Para realizar la proeza, el célebre navegante deberá enfrentar tormentas y a toda clase de fantásticos monstruos. También es digna de mencionarse Simbad: la leyenda de los siete mares (2003), producida por los estudios DreamWorks Animation y con Brad Pitt prestando su voz al personaje central. Éste deberá recuperar el codiciado Libro de la Paz, robado por Eris, la diosa griega de la discordia. Desde luego, para conseguirlo, habrá de sortear tempestades y vencer a los más diversos engendros de la fantasía.
desembarcar en una isla, su tripulación choca con un enorme huevo que rompen para comérselo. El problema es que se trata del producto de un ave ruc que, enfurecida, arroja rocas gigantes sobre el barco, destruyéndolo. Este pasaje también parece inspirarse en aquel donde los hombres de Odiseo se comen a las ‘vacas del Sol’ y como castigo de los dioses su nave es destruida por una tempestad. Como el héroe griego, Simbad es el único sobreviviente del naufragio. Pero se encuentra con el ‘Viejo del Mar’, quien lo esclaviza montándose sobre sus hombros permanentemente. Sólo consigue librarse del anciano emborrachándolo, como Odiseo a Polifemo, para hacerlo caer y romperle la cabeza a pedradas. Luego llega a la Isla de los Monos, donde lanza piedras a los micos para que éstos respondan arrojándole cocos, los cuales vende y obtiene cuantiosas ganancias con las que regresa a Bagdad.
Para el sexto viaje llega a una isla donde recorre en balsa un río lleno de piedras preciosas que lo conduce a Serendib, tierra rica en gemas. El rey de esa ciudad envía a través del marino valiosos obsequios al monarca de Bagdad. Para corresponder a su homólogo, éste le manda presentes y una misiva por medio del propio Simbad, quien emprende un séptimo viaje.
Cumplida la misión, inicia la travesía de regreso, pero unos corsarios lo venden como esclavo a un anciano, quien le ordena cazar elefantes. Simbad descubre el mítico cementerio de estos paquidermos, fuente abundante de marfil. Liberado y con nueva riqueza, inicia la travesía de regreso a casa. Una tempestad lo arroja a las costas de una tierra fantástica, donde se casa con la hija del patriarca del lugar. En aquel sitio las personas solían convertirse en seres voladores y él mismo puede surcar los aires sobre uno de ellos. Gall plantea la posibilidad de que esas criaturas aladas sean una interpretación del mito hinduista de Garuda, el ave que servía de vehículo al dios Visnú.
Así concluyen los viajes de Simbad, quien regresa con su esposa y el dinero producto de la venta de los bienes heredados de su suegro. Por fin disfrutará en casa de sus logros como marino, honrando así a Odiseo, el héroe clásico e inspiración de los grandes navegantes de la historia y la literatura.