¿Películas navideñas? ¡Ñoñerías!
No discutiremos aquí si los filmes navideños son fruto del capitalismo, si exaltan valores puramente comerciales, o si en verdad muestran los mejores deseos de que las familias olviden sus diferencias y se reúnan a cenar en la víspera de Navidad. Pero dado que estas películas –algunas, adaptaciones literarias como las innumerables versiones de Cuento de Navidad– inundan las pantallas, repasemos una lista de cintas que no tienen la visión tradicional.
La verdad es que casi todos los filmes navideños dejan ver un lado oscuro, ¿de qué otra manera se podría hacer énfasis entre la parte mala y la parte buena? Ya en ¡Qué bello es vivir!, el filme navideño por antonomasia, George Bailey (James Stewart) tortura psicológicamente a su esposa y a sus hijos antes de salir de casa y, en plena Nochebuena, contempla el suicidio como salida a sus problemas financieros. Películas recientes muestran una visión más cínica de la Navidad, como El extraño mundo de Jack (1993), Scrooged (1988) o Four Christmases (2008). Pero en este recuento sólo estarán los filmes donde no haya redención para los apóstatas ni lecciones de amor, paz y buena voluntad.
Santas matones y asesinos
En Black Christmas (1974) los sucesos se desarrollan previos a la Navidad. En una casa que alberga a una fraternidad de estudiantes femeninas, un asesino oculto las mata una por una, de maneras variadas. La película es señalada como una de las pioneras del slasher estadounidense (como The Texas Chainsaw Massacre), y como la primera de asesinos psicópatas navideños. Además, Black… estableció varios elementos que seguirían usándose en el subgénero: cadáveres escondidos en armarios y áticos, espantosas llamadas telefónicas, un asesino con identidad oculta, entre otros. El director Bob Clark pretendía crear un filme de terror psicológico, por lo que la violencia de los asesinatos es velada y nada gráfica comparada con otros filmes slasher. El asesino de la película no se conmueve ni porque haya niños cantando villancicos fuera de la casa donde comete su crimen.
En Silent Night, Deadly Night (1984) el asesino, blandiendo un hacha por todas partes, sí viste de Santa Claus. Aunque no fue la primera vez que se utilizó este recurso, la cinta enfureció a padres de familia y demás asociaciones de buenas conciencias que lograron que la película fuera retirada de los cines en su segunda semana de estreno. En el filme, Billy, un joven que de niño presenció el asesinato de sus padres por parte de un Santa Claus, se vuelve loco cuando en la juguetería donde trabaja lo obligan a usar dicho traje; eso y la sádica Madre Superiora del orfanato donde Billy pasó su infancia, dan como resultado a un Santa sediento de sangre e incapaz de detener su matanza. El filme, estrenado al mismo tiempo que Pesadilla en la calle del infierno, llegó a sobrepasar a éste en taquilla.
Criaturas y espíritus navideños
El peor regalo navideño que puede haber está en Gremlins (1984), donde un padre le regala a su joven hijo una criaturita con tres reglas muy estrictas para su cautiverio. Por supuesto, las reglas son violadas, y de la tierna criatura surgen otras cinco que mutarán en seres escamosos llenos de humor negro e instintos asesinos. Los pequeños monstruos no sólo siembran destrucción y muerte en plena Nochebuena, sino que la esencia antinavideña de la película está en la historia que cuenta Kate (Phoebe Cates), la novia del protagonista, sobre el Santa Claus muerto en la chimenea. Nadie de la producción sabía el porqué de dicha historia, pero el director Joe Dante obtuvo todo el apoyo del productor Steven Spielberg para incluirla en la edición final.
Los demonios navideños folclóricos también figuran en este conteo, más específicamente el krampus, un ser de origen alemán y austriaco que funge como castigador de los niños que se portan mal en esta época. En Krampus: el terror de la Navidad (2015),