Azoteas del futuro y energía solar
verdes, o tal vez vegetales para comer, o celdas solares. San Francisco también está considerando una regla muy parecida sobre celdas solares.
—Para acercarnos a esa visión, hablas de la posibilidad de una especie de tendederos con celdas solares hechas de plástico, muy baratas, que puedan sustituir a lo que hoy día es la tecnología para atrapar la luz del sol. Pero, además, hablas de tinacos para almacenar esa energía. Hay dos elementos clave: los tendederos solares y los tinacos.
—Exacto, es una visión interesante. Vamos a ponerla en contexto. En mi casa tengo paneles solares de silicio; se trata de unas cosas pesadas de gran tamaño. Gracias a ello mi casa es autosustentable: produzco más o menos la misma cantidad de energía que consumo. Eso se debe a que tengo una casa con un techo fuerte, bien puesto. Sin embargo, hay que pensar en los millones de personas en el mundo que no tienen acceso a la energía eléctrica. Estamos hablando de personas que viven en chozas, que viven en casas que a lo mejor tienen un techo de lámina en donde es muy difícil poner una celda solar de este tipo.
Por estas razones y otras, trabajamos en la idea de las celdas solares orgánicas, celdas solares hechas de plástico, que pueden ser muy baratas.
Para apreciar lo que implica este esfuerzo, Aspuru-Guzik habla del contraste entre este tipo de celdas y lo que hay actualmente:
—Para hacer una celda de silicio tienes que derretirlo a altas temperaturas, purificarlo y hacer este material. Los chinos han trabajado en bajar el costo de este proceso de manera impresionante. Incluso compite con la energía de carbón. Lo interesante de las celdas solares a las que llamamos alternativas (las no hechas de silicio) es que hay mucho movimiento. Para crear celdas solares muy baratas, la idea en general es hacerlas en lo que se llama proceso a temperatura ambiente; que se puedan imprimir básicamente como lo hacemos en una impresora. Esto es similar a la forma en que se hacían los rollos del material fotográfico.
Alan apunta que en el tiempo de las selfies ya nos hemos olvidado de los rollos fotográficos, pero a eso se parecen las nuevas celdas solares en las que está trabajando:
—Tiene muchas ventajas pensar en usar celdas solares de plástico para llenar este nicho de generación de energía eléctrica en superficies extrañas: un techo curveado, una cortina solar, hasta celdas solares incorporadas en la ropa, por ejemplo.
—¿En qué fase van en estos estudios? ¿Cuáles son las expectativas?
—Como científico teórico y computacional me interesa acelerar el descubrimiento de materiales. Para darte una idea de lo que esto significa: cuando preparas un material en un proceso muy tradicional (donde interviene mucho el azar, la serendipia o la chiripada), estamos hablando en escalas de tiempo de básicamente dos a seis meses de síntesis, y tal vez uno o dos meses de probar el dispositivo y echarlo a andar. Sólo entonces, dices: “Híjole, esta celda solar no va a servir por esto y esto”. En ese momento vas al pizarrón, se te ocurre otra cosa y vuelves a