Anormalidades acústicas
Hay sonidos de extraña procedencia que se manifiestan cual señales de alarma emitidas en un código indescifrable. Investigamos qué hay detrás de estas peculiares anomalías.
Todo en el paisaje del Ártico canadiense evoca silencio y quietud: las vastas planicies cubiertas con un manto de nieve, las montañas que se alzan en el horizonte cual testigos mudos del tiempo, el océano que brilla bajo el sol como un espejo de hielo, interrumpido de vez en cuando por témpanos flotantes… sí, es la viva imagen de la paz y la serenidad, excepto por un pequeño detalle: un siniestro sonido similar a un “ping” que parece provenir del fondo del mar.
A decir de Paul Quassa, miembro de la asamblea legislativa del territorio Nunavut, este ruido ahuyenta ballenas, focas y otras especies marinas de la región. Esto fue confirmado por otro integrante de la asamblea, George Qulaut, quien dijo: “Hay escasez de vida salvaje. El estrecho es una ruta migratoria para las ballenas de Groenlandia y también para las focas barbudas y las focas anilladas. Solía haber muchas por aquí. Este verano no hubo ni una foca. Solamente encontré aves”.
Los primeros en reportar la existencia del molesto pitido fueron cazadores que se encontraban en el estrecho de Fury y Hecla, 120 kilómetros al noroeste de una aldea inuit llamada Igloolik. En 2014 la Armada canadiense envió un aeroplano CP-140 Aurora al estrecho para investigar este fenómeno. “La tripulación aérea llevó a cabo varias exploraciones multisensoriales, incluyendo una búsqueda acústica que duró 1.5 horas, pero no pudo detectar ninguna anomalía”, informó el Departamento de Defensa Nacional canadiense. “Sólo hallamos dos grupos