Dinero digital
Las monedas virtuales son cada vez más usadas a nivel mundial. Ni los bancos ni gobiernos están involucrados en sus transacciones; pese a ello cuentan con medidas que aseguran su confiabilidad.
El bitcoin es la moneda virtual más utilizada hoy día. Conoce la manera como funciona.
Parte I Un pedazo del pastel
En febrero de 2014 un habitante del estado de Texas, en Estados Unidos, se hizo dueño de una mansión de dos dormitorios en Bali, Indonesia, con un precio aproximado de 650,000 dólares. Esta compra no sonaría tan extraña si no fuera porque el pago se hizo con bitcoins, una moneda virtual conocida y usada hasta ese entonces en un número limitado de países. Este dinero electrónico forma parte de una red mundial de computadoras para hacer transacciones de compra y venta por medio de servidores y no de bancos o instituciones financieras; su precio depende únicamente de la oferta y la demanda que hay dentro de su propio mercado.
Actualmente existen poco más de 16 millones de bitcoins en circulación en todo el mundo y se espera que aproximadamente hacia el año 2090 se cree el último de ellos, para así llegar al número máximo de 21 millones. La red de bitcoin se limita a esta cantidad porque el algoritmo con el que se creó está diseñado para que no haya una producción desmedida, por eso cada día es más complicado producir un nuevo bloque de estas monedas, y con ello su producción se hace más lenta.
Cuando una persona compra bitcoins ya sea con pesos mexicanos, dólares, euros o cualquier otra moneda, se crea una dirección web única. Al hacer una compra o una transacción a otra cuenta se usa esta dirección y se indica la cantidad de bitcoins que se van a traspasar, luego se manda con un clic como si fuera un correo electrónico.
Existen dos formas de obtener bitcoins: al comprarlos o mediante la ‘minería’.
Cuando se envía, pasa a un servidor en otro país y luego a otro, y así sucesivamente hasta pasar por lo menos por cinco en diferentes lugares del mundo; cada uno se encarga de verificar la cuenta de destino y confirmarla antes de que se complete la transacción. Mientras mayor sea el monto, más confirmaciones se requieren. Antes de cargar a la cuenta de destino los bitcoins, se hace una última verificación y se da por terminado el proceso; cuando esto ocurre se manda a la persona una notificación de que la transacción se realizó con éxito y un link con los detalles del curso que ésta siguió.
Aunque este procedimiento es muy seguro, se han presentado algunos casos en que no era la dirección correcta y la persona termina enviando el dinero a otro destinatario; el mayor problema en esta situación es que las transacciones no son reversibles. La única solución para recuperar los bitcoins en caso de una equivocación sería contactar a la persona, decirle que hubo un error y que ella quisiera regresarlos.
Desde la raíz
Otra forma de obtener bitcoins es mediante un proceso denominado minería, en el cual se usan computadoras con un gran procesador enfocadas en resolver algoritmos matemáticos. Cuando la máquina detecta un bitcoin, toma la dirección única y determina cuál es la siguiente dirección a la que se va a enviar – ésta contiene un archivo encriptado y las claves para desencriptarlo–; cuando se resuelve el problema matemático hay una pequeña recompensa. Conforme el ‘minero’ suma respuestas, sus recompensas aumentan y también el nivel de dificultad de los bloques que tiene que resolver.
Muchos mineros –el binomio experto-máquina– forman parte de empresas dedicadas a ello, ya que se necesita de cierto conocimiento técnico y gastar en las computadoras específicas para este fin. En algunas ocasiones estas grandes empresas rentan un espacio para que algún otro desarrollador pueda usarlas.
Los países que cuentan con grandes empresas de este tipo son China, Holanda y Estados Unidos. Aunque hay mineros en todo el mundo no se tiene un registro de dónde están exactamente.
En el caso que mencionamos al inicio de este texto, la lujosa villa se puso a la venta a través de la página BitPremier, un sitio web considerado “un mercado de lujo” en el que se venden entradas para desfiles exclusivos de Victoria’s Secret, hectáreas de lagos o hasta islas privadas. La característica de esta página, creada en mayo de 2013, es que todos los productos que se ofertan en ella se pagan con bitcoins.
La citada transacción es una de las mayores compras que se han realizado con esta moneda virtual creada en 2008, la cual ha popularizado su mercado en los últimos años. Con una tarjeta de crédito
convencional se pueden hacer cientos de compras por Internet pero en algunas ocasiones la compra no se concreta porque el banco no autoriza la transacción, de ahí el éxito del bitcoin; al ser una moneda descentralizada, no depende de bancos y permite comprar desde una playera hasta una lujosa mansión sin ningún obstáculo.
En la mira del enemigo
Así como su funcionamiento ha sido exitoso, también ha presentado distintos tropiezos relacionados con fraudes y lavado de dinero durante los ocho años que lleva funcionando.
En febrero de 2014 la mayor casa de cambio de bitcoins, MT.Gox, con sede en Japón, suspendió sus operaciones dejando a miles de personas sin sus cuentas de esta moneda virtual. Al inicio se especuló sobre la posibilidad de que hackers fueran los responsables de la desaparición de 750,000 bitcoins de los usuarios y 100,000 de la propia empresa. Después las acusaciones pasaron a señalar a Mark Karpelès, el CEO de la empresa, quien unas semanas antes había abandonado la junta directiva mundial del bitcoin.
Lo que ocurrió fue una falla en el sistema que provocó solicitudes repetidas de transacciones sin que la plataforma lo detectara. En este caso lo que falló no fue el hecho de usar bitcoins sino la plataforma de MT.Gox. Aún a mediados de 2016 había al menos 24,750 personas que presentaron una queja para recuperar los fondos que perdieron en 2014 tras el problema con el funcionamiento de la plataforma.
El encargado de revisar estas solicitudes, aprobarlas y en su caso devolver los fondos a cada cliente es una casa de cambio de bitcoins llamada Kraken, la cual continúa resolviendo el incidente.
Paso firme
Aunque esta situación fue un ‘ bache’ en el camino del bitcoin, también sirvió para que se pusiera especial énfasis en las normas de Japón respecto al uso de esta moneda. Luego de dicho acontecimiento, el gobierno japonés ordenó al político Mineyuki Fukuda hacerse cargo de la política sobre esta moneda virtual y así ayudar a las empresas que la utilizan. Con ello se logró hacer una evaluación de cómo ha evolucionado esta divisa en aquel país asiático. En un principio los bitcoins fueron considerados moneda encriptada, y luego catalogados en un género nuevo denominado “Record of value”, el cual se define como algo que no es considerado ni dinero ni cosa física.
Así como en la nación asiática se tomaron las medidas necesarias para entender su funcionamiento, a nivel mundial distintos países han decidido tomar partido sobre su uso o regulación. Por ejemplo, en Tailandia se limita la concesión de licencias a algunas entidades como casas de cambio de bitcoins. En otros países se debe hacer algún pago si se obtienen ganancias con bitcoins, siempre y cuando se obtengan ganancias y se cambie de bitcoins a la moneda del país; si se mantiene en bitcoins, no se tiene que declarar ante el sistema financiero o hacendario. A escala mundial esta moneda virtual podría configurarse como “la moneda del futuro”.