Los datos fríos
Si alguno de ustedes, estimados lectores, está pensando en correr al centro de criopreservación más cercano para solicitar que los conviertan en paletas heladas postmortem , tomen nota:
> Actualmente sólo existen unas cuantas compañías en el mundo que practican la criónica. En Estados Unidos están la American Cryonics Society (California), el Cryonics Institute (Michigan) y Alcor Life Extension Foundation (Arizona). En Rusia está KrioRus.
> Aunque es difícil saber exactamente cuántos humanos se encuentran “congelados” hoy en día, la cifra no es muy alta. En su página web, Alcor anuncia con bombo y platillo la llegada de su “paciente” número 149, ingresado el 2 de octubre de 2016. (Sí, las empresas de criopreservación llaman a los cuerpos “pacientes”.)
> Por más que existan grandes avances en el campo de la nanotecnología, la reanimación de humanos criopreservados sigue perteneciendo al ámbito de la ciencia ficción. Un vocero de KrioRus lo expresa con toda claridad: “Actualmente es imposible criogenizar y descongelar el cuerpo de una persona o de un mamífero grande o pequeño de forma ideal”.
> En 1979 nueve cuerpos almacenados por la CSC (Cryonics Society of California) fueron hallados en el cementerio de Chatsworth. Habían sido descongelados –sin notificar a nadie— cuando la compañía sufrió una reducción de gastos. Obviamente, se armó un escándalo que dañó durante décadas la reputación de la criónica.
> El costo de la criopreservación varía entre los 28,000 dólares y los 150,000 dólares, dependiendo de la compañía y de algunos “extras” –por ejemplo, el servicio de “standby”, un equipo que permanece cerca del paciente moribundo para iniciar el proceso de criónica en cuanto el corazón deja de latir–.