Midiendo el peligro
Datan cristales de circonio para estimar el volumen de magma en el Nevado de Toluca. Los reservorios de magma de los volcanes suelen hallarse a entre seis y ocho kilómetros de profundidad, lo que dificulta determinar cuánto magma acumulan y, por tanto, su capacidad destructiva. Ahora, investigadores de la Universidad de Ginebra (Suiza) usan cristales de circonio para estimar el volumen de magma presente en volcanes dormidos, como el Nevado de Toluca (en el centro de México), y, potencialmente, anticipar una erupción.
El circonio es un mineral que soporta altas temperaturas y presiones, y dado que tiene un intervalo de cristalización definido, su estudio permite trazar la evolución del magma en un volcán a través del tiempo.
Para saber el volumen de material ígneo bajo el Nevado de Toluca, los investigadores realizaron análisis químicos para conocer la edad, temperatura y composición de varios circones obtenidos en erupciones pasadas del volcán mexicano. Luego realizaron modelos teóricos termo-químicos para estimar el flujo de magma del sistema.
“La comparación de los resultados analíticos y teóricos permitieron definir el volumen de magma que se encuentra por debajo del volcán, y cuánto se necesita de magma nuevo con mayor temperatura para que el Nevado haga erupción”, explica vía correo electrónico el geólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México, José L. Arce, quien colaboró en el estudio.
Este método puede aplicarse a cualquier volcán. En el caso del Nevado se encontró que los circones habían registrado cambios en la cámara magmática por 900,000 años. “Sólo un pequeño porcentaje del magma suministrado entró en erupción y un volumen de fusión de hasta 350 km3 se almacena actualmente bajo el volcán”, señalan los investigadores en el estudio publicado en NatureCommunications. “Si se reanuda la entrada de magma, el volcán puede volver a despertar de una latencia multimilenaria en unos pocos años y producir una gran erupción debido a la madurez térmica del sistema”.
Ante los resultados de esta investigación José Arce afirma que es necesario realizar más estudios geológicos, geofísicos y sismológicos sobre el también conocido como Xinantécatl (Hombre desnudo), el cual se halla a sólo 30 km de la ciudad de Toluca, así como mantener los programas de monitoreo continuo: “Los tiempos de quietud de los volcanes son muy variados; pueden ser de cientos a miles de años. Sin embargo, con estos estudios se puede detectar cualquier cambio en el estado del volcán cuyas erupciones pueden ser muy dañinas incluso para poblaciones lejanas”.