DETALLES DEL CUADRO
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Como en La Gioconda, Da Vinci dibuja en los labios de la protagonista una ligera sonrisa para insinuar un sentimiento, ya que el genio florentino prefería sugerir las emociones a hacerlas explícitas. 2 El animal, que bien pudiera parecer más una comadreja o una garduña, era en la segunda versión muy delgado y gris. Al parecer, a Ludovico Sforza le daba una sensación poco poderosa, y le pidió un color más noble y una presencia más robusta a Leonardo. Por ello, ahora es blanco. 3
Cecilia tiene la posición de la mirada en escorzo, algo poco habitual en la pintura de su tiempo. Para algunos es la mirada de alguien que, sorprendida, ve entrar a su amante en la alcoba. 4
Destaca la mano con que la joven acaricia al animal, que es fruto de un profundo estudio anatómico (y que en la segunda versión era más delgada). De hecho, no puede olvidarse que muchos pintores de la época eran asiduos visitantes de los estudios de los forenses y compraban cadáveres para estudiar su anatomía, plasmando después sus conocimientos en sus cuadernos de dibujo. 5
El fondo, que hoy es oscuro por completo, en origen tenía una ventana por donde penetraba la luz. Eso es lo que hace que la joven aparezca iluminada fuertemente por su izquierda, hacia donde gira el rostro, y se vaya ensombreciendo paulatinamente, lo que otorga profundidad a la composición.