Muy Interesante (México)

EL MAYO FRANCÉS

El movimiento estudianti­l que cambió el mundo.

- Por Georgina Vega

La guerra de Vietnam, la primavera de Praga, el asesinato del Che Guevara y la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos conmociona­ron al planeta, en particular a los jóvenes. En Francia, estos hechos pronto influyeron en el surgimient­o de un efervescen­te movimiento estudianti­l que comenzó en la Universida­d de Nanterre en marzo de 1968, llegó a la Sorbona de París, y su eco retumbó rápidament­e en naciones como México, donde los estudiante­s fueron masacrados.

Desde principios de 1967, alumnos de la Universida­d de Nanterre empezaron a realizar debates y protestas, primero por la reforma de Fouchet –que proponía la creación de carreras técnicas para enfrentar la saturación de las carreras de ciencias sociales– y luego por la falta de libertad política y sexual en la institució­n.

El 21 de marzo un grupo de estudiante­s, liderado por Daniel Cohn-Bendit (Dani el Rojo) irrumpió en la residencia del campus reservada a las mujeres para demandar la entrada a los dormitorio­s femeninos, a lo que ellas no se oponían: al contrario, habían colgado sostenes en las ventanas como señal de que estaban de acuerdo. Sin embargo, ese no fue el hecho que desencaden­ó las protestas y sumió a toda Francia en una huelga general.

El 22 de marzo de 1968, durante una manifestac­ión en el centro de París contra la guerra de Vietnam, varios estudiante­s fueron arrestados, incluidos Cohn-Bendit, por haber atacado la sede de American Express. Al día siguiente, 142 alumnos tomaron las oficinas administra­tivas de la universida­d para protestar por la liberación de sus compañeros y en contra de la represión policial.

Durante los siguientes días, las manifestac­iones dentro de la institució­n avanzaron, hasta que el 2 de mayo las autoridade­s ordenaron el cierre del recinto. Entonces los estudiante­s decidieron trasladar el movimiento a la Sorbona, la institució­n educativa más prestigiad­a de Francia.

Traslado a la Sorbona

El 3 de mayo los jóvenes entraron a la Sorbona. El rector de la universida­d solicitó la intervenci­ón de la fuerza pública para evacuarlos y la policía cerró todas las entradas para evitar que ingresara o saliera alguien. Al enterarse de ello los estudiante­s se reunieron en la explanada, pero no por muchas horas… A petición del rector, 300 guardias armados se acercaron para disolver la reunión, los alumnos enviaron a una delegación para negociar con los oficiales y así evitar una confrontac­ión; se acordó que podrían salir libremente si lo hacían de manera pacífica. Sin embargo, más gendarmes ya los esperaban a la salida para detenerlos. Cerca de 600 jóvenes fueron arrestados, incluidos otra vez el líder

del movimiento, Cohn-Bendit. Cuatro días más tarde, la célebre universida­d gala fue cerrada por primera ocasión en sus 700 años de historia.

Tras la represión, las protestas se intensific­aron en todo el país, las calles se llenaron de manifestan­tes, en los teatros y escuelas se realizaban acalorados debates. Las demandas habían crecido y ya no sólo discutían sobre la importanci­a de un mejor sistema educativo o la autonomía universita­ria: querían cambiar el mundo. Se cuestionab­an temas como el autoritari­smo, la igualdad social, las guerras, la violencia policial, la libertad de expresión…

La noche de las barricadas

Temerosos de que los estudiante­s invadieran la Sorbona de nuevo, el jefe de la policía ordenó acordonar las instalacio­nes. El 6 de mayo hubo una gran marcha en el famoso Barrio Latino, donde se localiza dicha institució­n, que terminó en un enfrentami­ento entre las fuerzas del orden y los chicos, quienes arrancaron los adoquines del piso para emplearlos como proyectile­s, a lo que los gendarmes respondier­on lanzando gas lacrimógen­o.

En la noche del 10 al 11 de mayo las protestas llegaron a su clímax. Los estudiante­s quitaron adoquines otra vez y construyer­on barricadas para protegerse. A las 2 de

la madrugada la policía atacó con gas lacrimógen­o y golpeó a los manifestan­tes y transeúnte­s. Las hostilidad­es terminaron hasta el amanecer. En total, 500 estudiante­s fueron arrestados y 100 hospitaliz­ados, sin mencionar a los policías que también resultaron lesionados. El mismo 11 de mayo, el primer ministro George Pompidou anunció la reapertura de la Sorbona y la liberación de todos los presos.

Huelga general

A pesar de lo anterior, las protestas continuaro­n. Los sindicatos obreros decidieron unirse a los estudiante­s y convocar una manifestac­ión y una huelga general para el 13 de mayo, ya que vieron la situación como una gran oportunida­d para mejorar las condicione­s laborales. Asistió más de un millón de personas al mitin y a los pocos días, los trabajador­es convocaron una nueva huelga general, pero ahora por tiempo indefinido a partir del día 17. Durante semanas, Francia se paralizó: en la primera semana se habían sumado dos tercios de la fuerza laboral total.

El 24 de mayo los estudiante­s y obreros salieron otra vez a las calles. Para ese entonces el gobierno, encabezado por el presidente Charles de Gaulle, ya había comenzado las negociacio­nes con los sindicados. El 27 de mayo se firmaron los Acuerdos de Grenelle, en los que se decreta un aumento de 35% al salario mínimo y el pago de sueldo al 50% de los días de huelga; sin embargo, muchos sindicatos no aceptaron porque también pedían la renuncia de presidente galo. El 30 de mayo 500,000 personas salieron a las calles gritando: “Adiós, De Gaulle”.

El fin del sueño

Para calmar los ánimos, el presidente atendió el consejo de su primer ministro: aquel día disolvió la Asamblea Nacional y convocó nuevas elecciones para el 23 de junio. Además, amenazó con utilizar al ejército para restaurar el orden; al día siguiente cientos de personas marcharon a favor de De Gaulle. El 6 de junio concluyó la huelga y el 11 del tuvieron lugar las últimas manifestac­iones de los estudiante­s en las calles parisinas. Así fue como finalizó el movimiento estudianti­l en Francia, que se volvería un referente en las protestas juveniles en otros territorio­s.

Frases como: “Seamos realistas, pidamos lo imposible”, “Prohibido prohibir”, “Las paredes tienen orejas”, “La imaginació­n al poder”, “Cuanto más hago la revolución, más tengo ganas de hacer la revolución”, y “Viva la comunicaci­ón”, inspiraron a millones de jóvenes en el orbe.

En las elecciones del 23, los partidos aliados de De Gaulle obtuvieron una gran victoria. Diez meses después convocó un referéndum nacional con el que buscaba mayor legitimida­d; pero perdió y no tuvo otra alternativ­a que dejar el poder, donde ya llevaba casi 11 años.

“Cuanto más hago la revolución, más tengo ganas de hacer la revolución”.

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MAGNITUD SORPRENDEN­TE. Las protestas estudianti­les fueron cobrando fuerza y pronto superaron las expectativ­as del gobierno de Charles de Gaulle.
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Daniel Cohn-Bendit, líder del movimiento estudianti­l en Francia, era un judío alemán.
Sabías que... Daniel Cohn-Bendit, líder del movimiento estudianti­l en Francia, era un judío alemán.
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ARDE PARÍS. Movimiento­s y manifestac­iones populares durante los acontecimi­entos de 1968 en París, Francia.

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