Las nuevas formas de comprar
El encierro por la pandemia de COVID-19 le dio un buen empujón a las plataformas de venta en línea que han empezado a incorporar realidad virtual y aumentada.
En marzo de 2020 nuestra vida se detuvo. Nos encontramos confinados en casa, solos o acompañados, y con el temor de que el mundo se parara también. Pero no fue así. Seguimos trabajando, estudiando, comunicándonos con nuestros seres queridos, teniendo acceso a los servicios básicos y también comprando. Los supermercados no dejaron de abrir, tanto en su versión física como en la digital. Los camiones continuaron llevando paquetes a todas partes, aunque los entregaran sin contacto, y muchas tiendas, que permanecían cerradas, no tuvieron más remedio que dar el salto al comercio electrónico.
El inicio de la crisis del coronavirus generó un cambio de paradigma que ha consolidado la tendencia iniciada hace unos años de comprar con el smartphone y otros dispositivos, y ha llevado a muchos consumidores a estrenarse en un mundo que les era ajeno: las tiendas en línea. Obligados por las circunstancias, perdieron por fin el miedo a las nuevas tecnologías y se abrieron a otras maneras de llenar el carrito. ¿Eras parte de ese grupo? ¿Pasaste de ir de compras cada semana por el centro comercial que te quedaba de paso a adquirir hasta el papel de baño a través de Amazon?
Según un informe de la consultora McKinsey, en los últimos cuatro años la tasa de crecimiento anual de las ventas online en el globo ha rondado 14%. Sin embargo, sólo en las dos primeras semanas de los confinamientos de marzo el aumento fue de 25%. Asimismo, la descarga de aplicaciones de enero a abril de 2020 se elevó 11% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Y alrededor de 50% de los comerciantes han priorizado sus planes para poner a disposición de los clientes una aplicación móvil o una experiencia en línea que sustituya o refuerce la compra presencial. El trabajo de McKinsey indica que tres de cada cuatro consumidores experimentó con nuevas marcas y tiendas durante el encierro y, lo que es más importante, que 60% de ellos mantendrá estas nuevas costumbres cuando termine la pandemia.
Nuevas experiencias
Durante las cuarentenas, dos tecnologías se han convertido en una alternativa viable a las compras de toda la vida: la realidad virtual y la realidad aumentada. Evitan el riesgo de contagio, son menos frías que hacer unos cuantos clics en una tienda en línea y te dan más confianza que unas simples fotos o videos porque puedes ver los artículos en un entorno tridimensional y evaluar mucho mejor sus dimensiones y características.
Algunos gigantes del comercio ya habían lanzado antes de la pandemia algunos servicios de este tipo. Desde hace un par de años, por ejemplo, Ikea brinda la posibilidad de que compruebes cómo quedarán en tu casa sus mesas, sillas, sofás, lámparas... basta con que uses su app Ikea Place y la cámara del teléfono. Puedes hacer cálculos con medidas reales y cambiar modelos, colores o tamaños. Los productos de la cadena sueca se superponen mágicamente sobre las estancias de tu domicilio ante tus ojos.
La realidad aumentada para las compras en línea ha llegado a más productos que los muebles. Por ejemplo, ¿has pensado alguna vez en probarte lentes graduados o de sol sin vagar de óptica en óptica? Es posible gracias a una start-up española llamada GreyGlasses, que se sirve de esta tecnología para que veas cómo te quedan sus modelos. Entras en su web, seleccionas la montura que te ha llamado la atención, pulsas en el botón de “probar online” y autorizas el uso de tu cámara web o frontal del celular para ver el resultado. La firma también te envía monturas a casa para que disfrutes de una experiencia más próxima a la presencial, pero sin necesidad de visitar la tienda.
Esta técnica empieza a ser un estándar y un extra disponible para los emprendedores digitales que lo deseen. Shopify, plataforma que permite crear tiendas en línea sin conocimientos de programación, ofrece a sus usuarios añadir modelos 3D a sus páginas de producto y asegura que las tasas de conversión (las visitas que terminan en compra) suben 250% cuando los clientes observan esos artículos en realidad aumentada.
Inmersión total
En cuanto al grado de inmersión logrado en la experiencia de compra, hay que decir que la realidad virtual va un paso más allá que la aumentada. Con ella puedes meterte hasta el fondo en juegos en 360º, bucear por el fondo del mar, viajar a lugares que se encuentran a cientos de kilómetros, ver a detalle cómo es un departamento que te haya llamado la atención y pasearte por una tienda. Walmart, la conocida corporación estadounidense de grandes almacenes, lanzó hace un par de años 3D Virtual Shopping Tour, una herramienta online con la que los clientes podían recorrer un establecimiento de manera virtual –organizado por habitaciones, como una casa– e ir escogiendo aquellos productos que les interesaran.
Las aplicaciones de realidad virtual permiten comprobar las características de un producto mucho mejor que un video.